Blair cambiará su presupuesto de la UE tras la avalancha de críticas
La presidencia británica de la Unión Europea retocará la próxima semana su propuesta de presupuestos comunitarios para intentar lograr un acuerdo definitivo el próximo 16 de diciembre. Ayer, Londres cosechó una respuesta casi unánime en contra, pero por razones distintas y contradictorias.
El primer asalto de las negociaciones presupuestarias de la UE se saldó ayer sin avances significativos ni cambios de posición apreciables. Los ministros de Asuntos Exteriores de los 25 reafirmaron sus posiciones respectivas de rechazo frontal a las propuestas británicas (caso de España, representada por Alberto Navarro en ausencia de Miguel Ángel Moratinos) o parcial (caso de Holanda o Suecia).
'Ya han conseguido la unanimidad, pero en las críticas a su proyecto', señaló la comisaria europea de Presupuestos, Dalia Grybauskaitè. El titular británico de Exteriores, Jack Straw, encajó sonriente la puya y reveló la táctica negociadora que seguirá Londres en los próximos días. 'Es cierto, pero las críticas vienen de lados diferentes, lo cual me hace concebir esperanzas de llegar al acuerdo', afirmó el británico.
Straw indicó que a comienzos de la semana que viene presentarán nuevas cifras, después de las reuniones de Tony Blair con varios primeros ministros, incluido el español, José Luis Rodríguez Zapatero.
La principal diferencia que puede jugar a favor de Londres son las discrepancias entre París y Berlín. El presidente francés, Jacques Chirac, tachó de inaceptable la propuesta francesa. Pero ayer, el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, la calificó como 'una buena base de trabajo'. Durante la reunión, el alemán defendió, además, que un presupuesto corto como el presentado por Londres (de sólo el 1,03% del PIB comunitario) no equivale a un presupuesto antieuropeo.
Francia y España, pues, mantienen, de momento, el liderazgo de la oposición a la propuesta británica. París reclamó ayer al Reino Unido una rebaja del llamado cheque británico de 6.000 millones de euros, además de los 8.000 que ya ha ofrecido. La delegación francesa quiere, además, retocar la cláusula de revisión del presupuesto agrícola en 2008.
España, por su parte, mantiene el objetivo de ser receptor neto (los que reciben más de los que aportan) en cada uno de los ejercicios del presupuesto plurianual. La propuesta británica garantiza un saldo positivo en el conjunto del periodo, pero podría convertir a España en contribuyente neto antes de 2013.
Fuentes británicas han indicado que Madrid reclama 5.000 millones por encima de la oferta actual. España también quiere amortiguar su contribución al cheque británico, que podría pasar de los 700 millones anuales actuales a casi 1.000 millones.
Guerra de cifras y de métodos de contabilidad
La negociación de los presupuestos de la UE para 2007-2013 entró ayer en la fase de guerra de cifras y hasta de métodos contables. Cada país presenta sus relaciones presupuestarias con Bruselas desde el ángulo que más aumenta su contribución al presupuesto y menos refleja sus beneficios. Reino Unido y Holanda son los maestros en esa técnica, pues incluyen en su aportación al presupuesto la procedente de los llamados 'recursos tradicionales', es decir, los procedentes aranceles aduaneros y agrícolas que corresponden a la política comunitaria y no a la nacional. 'Esa inclusión distorsiona e infla la contribución nacional de los países con grandes puertos como Holanda, Reino Unido y, en menor medida, Bélgica', señala la Comisión Europea en un documento interno sobre el llamado cheque británico.El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, minimizó ayer estas discrepancias como meras diferencias contables. Pero en base a ellas volvió a afirmar que 'durante los últimos 21 años, Gran Bretaña ha aportado el doble que Francia o Italia'.'Es verdad que la contribución neta de Reino Unido ha sido mayor que la otros países con un nivel de renta similar', admite la Comisión Europea. 'Pero en los últimos 10 años, sólo ha sido un 15% más que la francesa'.Y el motivo de esa diferencia no estriba tanto en la aportación como en la recepción. Francia, con unos 10.000 millones de euros anuales, es el principal beneficiario de la Política Agrícola Común, un capítulo del que Londres sólo percibe 6.000 millones. La defensa de Francia es que la PAC, como la política de cohesión, son las dos razones de ser de la UE.