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CincoSentidos

Trucos para conservar el jardín en invierno

Lo ideal es elegir las plantas que mejor se adaptan a la zona y hacer un diseño con una eficaz orientación

Conseguir que un jardín sobreviva a un duro invierno es posible. La regla de oro para perpetuarlo se fundamenta en elegir las variedades de plantas mejor adaptadas a la temperatura, la altitud y latitud, el agua, las horas de luz y el clima de la zona desde el mismo proceso de diseño del jardín. Sin embargo, se pueden poner en marcha algunas sencillas prácticas que ayuden a corregir algunos errores cometidos por los más caprichosos aficionados. Las heladas negras, las granizadas, las heladas tardías, típicas de la primavera o las bajas temperaturas en las zonas más templadas son algunas de las circunstancias más temidas y dañinas a las que hay que enfrentarse en invierno.

Crear el efecto iglú en las plantas es una buena forma de preservarlas contra las temperaturas extremas, principalmente en los jardines situados en zonas más cercanas a la montaña. Este efecto se consigue no retirando la nieve de las plantas o el césped después de las nevadas ya que de esa forma se garantiza el mantenimiento de la temperatura a cero grados. Este sistema evita, por un lado, que soporten temperaturas por debajo de los cero grados y, por otro, que se expongan a cambios bruscos, que a juicio de Rafael Salmerón, dueño de la empresa dedicada al diseño y distribución de jardinería Los Peñotes, es lo que más perjudica a las plantas.

Las heladas negras serán este año uno de los peores enemigos debido a la sequía, vaticina Salmerón. La falta de humedad en el ambiente y en el suelo, hace que las bajas temperaturas extraigan el agua de las plantas helando sus células y ennegreciéndolas. De ahí su nombre. Combatir estas heladas, más propias de las zonas más secas del interior de España, exige mantener siempre húmedo el jardín. El riego debe realizarse durante el día pero de forma esporádica ya que en esta época las plantas están en parada vegetativa y no necesitan tanta agua.

Para proteger el césped, es muy eficaz cubrirlo con una capa de mantillo a partir de diciembre. Su fermentación provoca el desprendimiento de calor, lo que le protege de las bajas temperaturas. No obstante, lo ideal es haber elegido la variedad de césped mejor adaptado a la zona de ubicación del jardín, según señala Xabier Bisbe, director de la empresa catalana Arboretum. Así, por ejemplo en la zona de la costa, como Cataluña, es mejor sembrar césped grama (o similar) que necesita pocos cuidados y menos agua y en el interior es más aconsejable la cestuca, que aguanta mejor las heladas.

En el caso de regiones de mucho viento se puede recurrir a métodos como crear una barrera vegetal de cierta altura en la parte más afectada. No es raro por eso encontrare, en zonas como el Ampurdá catalán paredes de setos de cipreses de 7 u 8 metros que protege los jardines del viento frío de la tramontana. Si bien, a juicio de Bisbe, ayudaría a suavizar este problema contar con una óptima orientación del jardín.

Otro de los problemas a resolver es como ayudar a combatir el frío a las plantas que se encuentran al límite de adaptación de su zona climática. Esta circunstancia, que afecta a muchos jardines, ya que muchas de las plantas son introducidas de América o África, como jazmines, palmeras, olivos, se puede resolver cubriéndolas con un sencillo atadillo de brezo o paja.

Lo que no se debe olvidar

 

Mantas especiales

Existen unas mantas especiales en los centros de jardinería para cubrir las plantas frente a las heladas, que sólo deben ser utilizadas de noche. Evitan que el calor que suelta la planta se pierda creando un pequeño microclima y además su precio es asequible: 1 metro cuesta alrededor de 6 euros.

Riego automático

Cuando se cuente con un sistema de riego automático es imprescindible vaciarlo inmediatamente después de ser utilizado para evitar que se hiele de noche. Esto no ocurrirá si el sistema se encuentra debajo de la tierra.

Orientación

Las plantas más frágiles, como los pensamientos, geranios, etc. nunca se sembrarán de cara al norte. Al igual que las rosas se plantarán con orientación sur, ya que necesitan mucho sol. Por contra, los cipreses y las coníferas como aguantan mejor el frío, se podrán distribuir hacia el norte.

Antiheladas

Para los más sofisticados existen fórmulas antiheladas de riego. Es un sistema automático con agua muy fina, que al helarse cede calor impidiendo que la planta se hiele. æpermil;ste es un sistema más costoso.

No usar plásticos

No conviene hacer uso de plásticos para proteger las plantas. Si se recurre a ellos sólo debe hacerse de noche, ya que de día el sol activa el metabolismo de la planta mientras que por la noche se exponen a temperaturas muy bajas y esto es muy perjudicial. Además, de día los rayos del sol puede llegar a quemarlas.

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