El consumidor de EE UU busca gangas
El Día de Acción de Gracias, una de las fiestas más tradicionales en EE UU, reúne a millones de familias el cuarto jueves de cada mes de noviembre para conmemorar la cosecha que recogieron los peregrinos de la colonia de Pymouth en 1621 después de un duro invierno de hambre y privaciones.
La fiesta consiste en un banquete a base de pavo relleno, salsa de arándanos, patatas asadas, tartas y demás exquisiteces, pero más allá de los excesos culinarios, ese fin de semana se ha convertido en un importante termómetro de la salud financiera de las familias.
Muchos aprovechan los días de fiesta para empezar las compras navideñas y los primeros datos hacen difícil predecir si estamos o no ante una buena campaña para los comerciantes. Lo que sí parece claro es que los estadounidenses no tienen intención de despilfarrar y se han dirigido principalmente a las empresas que ofrecen descuentos como Wal Mart. Así, las ventas totales crecieron un 22% durante el fin de semana gracias al impulso de estos comercios, según una encuesta realizada por la Federación Nacional de Distribuidores. Los centros comerciales, no obstante, sufrieron una caída de ventas del 0,5% respecto al año anterior, según datos de ShopperTrak.
Los efectos de la subida del petróleo se empiezan a sentir y los estadounidenses buscan gangas.
El consumo es el principal motor de la economía estadounidense, genera dos tercios del producto interior bruto del país, y su salud preocupa.
La subida de la factura energética, unido al aumento de tipos de interés que han tenido que afrontar los estadounidenses este ejercicio -el precio del dinero ha pasado del 1% en junio de 2004 al 4%- hace que muchos teman una brusca caída del consumo el próximo ejercicio y sus efectos en el crecimiento del país. Parece claro que la presión para el consumidor aumenta pero el grado aún es difícil de predecir.