Aprender a protegerse de los billetes falsos
Los más falsificados son los de 20 y 50 euros, según la policía
Aunque en la fabricación del euro se utiliza la más alta tecnología, los falsificadores encuentran triquiñuelas para colocar sus copias en el mercado. Para evitarlo, el Banco Central Europeo ha suscrito acuerdos de colaboración con las organizaciones policiales Europol e Interpol. El resultado: en el primer semestre de este año en la Unión Europea se retiraron 293.000 billetes falsos, 6.000 más que en el semestre anterior, según el Banco Central Europeo. Eso supone que se detectaron tres billetes ilegales por cada 100.000 legales que hay en circulación.
En España las denominaciones preferidas por los delincuentes son las de 50 y 20 euros, según afirman en la Brigada de Investigación del Banco de España, cuerpo especializado en la prevención y represión de delitos de falsificación de moneda.
El número de incautaciones y detenciones 'se mantiene estable con tendencia a la baja', recalcan. En las grandes capitales, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Murcia y Tenerife es donde se concentran los 'pasadores', los individuos encargados de distribuir los billetes. Van por los comercios, adquieren un pequeño objeto con moneda falsa y además de colocar el dinero, compran mercancía y de beneficio se quedan con el cambio.
El pasado mes de marzo la policía española realizó la operación de incautación más importante desde la implantación del euro. Actuó sobre tres imprentas madrileñas, donde se fabricaba el 60% de la moneda falsa detectada en España de 200, 100, 50 y 20 euros. Se detuvieron a 27 personas (en Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha) y se intervinieron tres millones de euros.
Pero, ¿qué hacer si se sospecha que se tiene moneda falsa? Lo correcto es acudir a la entidad de crédito donde se es cliente habitual y consultar sobre su legitimidad, o presentarlo directamente en una sucursal del Banco de España (o enviarlo por correo certificado). Hay que aclarar que si el billete o moneda resultasen ilegales, no serían canjeables y el propietario perdería su valor. Por este motivo es frecuente que cuando un billete falso cae en manos de un particular, o un pequeño empresario, procuren su reutilización dándole salida y así, no perder su valor.
'Debido a la lógica falta de conocimiento por parte de la mayoría de las personas para detectar la falsedad del billete, el usuario se encuentra en una situación de indefensión ante las entidades financieras, pues el consumidor se queda sin el billete y sin su valor', comenta Patricia Sendino, abogada del despacho Cuatrecasas.
Multas abultadas
'Colocar un billete falso es una falta y generalmente se salda con multas de 30.000 a un millón de euros', añade Sendino. Se convierte en delito si lo hace reiteradamente o el importe supera los 400 euros. El Código Penal establece que 'el que habiendo recibido de buena fe moneda falsa, la expenda o distribuya después de constatar su falsedad, será castigado con pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 24 meses, si el valor aparente de la moneda supera los 400 euros'.
En Adicae y Ausbanc, dos asociaciones que defienden a los usuarios financieros, recomiendan que si se tiene duda sobre la legitimidad del billete que están dandole en la ventanilla de un banco hay que exigir al empleado prueba de su autenticidad. Hay que ser especialmente diligentes, pues una vez abandonada la sucursal la entidad será reacia a hacer frente a una reclamación.
Cuando el falso lo da el cajero automático hay que dejar constancia en la ventanilla si está abierta la oficina y exigir una copia de la grabación del cajero o cualquier prueba válida en derecho si está cerrada. Si se ha cambiado moneda extranjera es conveniente que se incluya algún dato sobre la serie del billete. Nunca hay que perder el resguardo del cambio, es clave para reclamar.
Atentos a
Si descubre en el monedero un billete falso, delo por perdido. Acéptelo, le han timado. Si intenta colarlo en algún comercio pueden ponerle colorado y además está cometiendo un delito. Si al cambiar divisas o el cajero le da un billete falso, reclame.
Toque, mire y gire
Comparar con otro. Lo más sencillo para descubrir la autenticidad de un billete es tocarlo y compararlo con otro del mismo valor, según la Brigada policial especializada en la detección de billetes falsos.Tiene marca de agua y motivo de coincidencia. Al mirar a contraluz el billete se repite el elemento arquitectónico que distingue el papel. Así en el de 10 euros se ve el pórtico y la cifra que indica su valor.Hilo de seguridad. Al situar el billete ante una luz potente se descubre una línea oscura vertical.Halograma. Al inclinar el billete se aprecia que la parte plateada cambia los motivos al girarlo levemente. Se desvela una imagen que indica el valor del billete.Tinta de color variable. Al girar el billete, la cifra que indica su valor pasa de morado a un color verde oliva o incluso marrón.Detectores. Los dedos notan el tacto singular. Los aparatos de luz ultravioleta detectan fibras fluorescentes repartidas aleatoriamente por el billete. Un rotulador específico marca de color oscuro los falsos.
Cuando el banco los reparte, denúncielo
Sin ánimo de crear alarma los cajeros automáticos pueden repartir billetes falsos, pues no todas las máquinas expendedoras de euros comprueban su autenticidad antes de rellenar los servicios automáticos.El Banco Central Europeo ha establecido unas recomendaciones para todas las entidades que reciclan los billetes, que serán obligatorias en diciembre de 2006. Supondrán que se verifique su autenticidad antes de reponer el cajero. Por el momento sólo cumple Alemania, según asegura De la Rue compañía líder en tratamiento de dinero en efectivo en Europa.Solicitar cambio de divisas en la ventanilla de sucursal puede provocar algún que otro disgusto. Un cliente del banco Santander en Laredo solicitó 600 dólares en seis billetes de 100. Viajó a Estados Unidos e ingresó el dinero en una sucursal, donde se le informó de su falsedad, fue denunciado y detenido. Mostrar el resguardo de cambio bancario fue lo que le salvó ante la policía americana y le permitió reclamar ante la entidad española. Once años después, en marzo de 2005, el Tribunal Supremo falló a su favor y obligó al Santander a abonarle 360.000 euros.