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Jürgen Donges

'Angela Merkel no está en condiciones de emular a Margaret Thatcher'

No es muy optimista sobre el futuro económico de Alemania tras el pacto del SPD y la CDU. A su juicio, los socialdemócratas neutralizarán la iniciativa de los democristianos

Jürgen Donges (Alemania, 1936), director del Instituto de Política Económica de Colonia y ex presidente del Consejo de Expertos Económicos de Alemania, asegura que 'el pacto de gobierno logrado en torno a Angela Merkel carece de valentía y coraje para afrontar los problemas de Alemania'. Donges, que la semana pasada repasó la política económica europea en una conferencia en la Fundación Rafael del Pino, en Madrid, cree que 'Merkel sabe escuchar y tiene cualidades, pero tiene las manos atadas por el SPD; veo difícil que pueda convertir esto en un proyecto como el de Margaret Thatcher'.

¿Cree usted que tras varios años de crisis económica, con un Gobierno de coalición y base parlamentaria tan amplia como el de Merkel, Alemania se ha puesto en marcha?

Es pronto para saberlo. A raíz de lo que conocemos del acuerdo de la gran coalición, creo que no se ha puesto en marcha. La gente en Alemania creía que las elecciones proporcionarían una mayoría parlamentaria sólida para afrontar las reformas estructurales y elevar así el potencial de crecimiento. Y justo esto es lo que no va a ocurrir. Y no va a ocurrir porque la sociedad alemana no quiere que ocurra. Había un proyecto de reformas que podría haberse llevado a cabo si hubiera habido una mayoría conservadora-liberal. Pero eso no ha funcionado, y lo que ha surgido es la gran coalición, pese a que durante la campaña dijeron que era impensable. Llevan más de cuarenta años con posiciones enfrentadas en las cuestiones capitales, y parecía imposible. Pero algún gobierno tiene que haber; nadie les pide que se amen, sólo que se respeten y gobiernen. Ahora no quedaba otra opción.

¿Los contenidos del pacto son los que precisa Alemania?

El acuerdo es bastante amplio, aunque está sustentado en mínimos, y a la vez con cosas muy ambiguas. Donde más concretos son es en la consolidación presupuestaria, pero a los economistas el camino elegido nos pone los pelos de punta: en vez de recortar el gasto público, se aumenta, y en vez de reducir los impuestos, también se aumentan (el IVA pasará del 16% al 19%).

Por lo menos han entendido que no se puede seguir con un déficit público incontrolado, que no es poco. Pero hay una segunda parte en la que no hay acuerdo alguno, y que afecta a las reformas estructurales, lo que los expertos demandan hace mucho tiempo. Mercado de trabajo: no pasa nada; sanidad: para el año que viene; pensiones: sólo se les ocurre subir las cotizaciones, cuando la agenda 2010 decía lo contrario, y sabiendo que es un impuesto al empleo.

Esto no es un proyecto: no tiene coraje ni valentía, porque no afronta los problemas de Alemania. Necesitamos una respuesta contundente, y esto no es un proyecto. Espero que a lo largo de estos años la canciller y sus ministros sepan transmitirle a la gente la necesidad de estas reformas y pierdan el miedo que han expresado en las elecciones. La comunicación es muy importante. Ahí es donde ha fracasado Schröder, a pesar de sus habilidades mediáticas. Los efectos de las reformas tardan en llegar; debemos sacrificarnos para nuestros hijos o nuestros nietos.

Usted decía hace dos años que Alemania necesitaba el coraje del thatcherismo, un proyecto valiente y más profundo. ¿Está Angela Merkel capacitada haca encarnarlo?

Merkel tiene una cualidad importante: la prudencia. Analiza primero de forma profunda, y luego toma decisiones; esto se lo proporciona su formación académica, puesto que es doctora en física. No suelta frases a lo loco; no gusta del folklore mediático de Schröder.

Yo no digo que los miembros del SPD no sean susceptibles de convencer; pero me temo que aunque lo haga, no pondrán en marcha el proyecto que necesitamos porque el SPD es rehén del partido de izquierda de Oskar Lafontaine. Por vez primera en Alemania hay un partido en el parlamento a la izquierda del SPD (7% de sufragios). Supongamos que Merkel consigue convencer al SPD que hay que flexibilizar el mercado de trabajo: Lafontaine pondrá contra las cuerdas al SPD, acusándole de vender los derechos de los trabajadores a los capitalistas, y comenzará a quitarles territorio electoral. Y como el SPD lo sabe, dirá que de reformas laborales, nada. Y esto mismo ocurrirá con la sanidad, las pensiones, etc. Ya hay un ejemplo: el recargo en el IRPF a las rentas altas (3%) se ha acuñado por el SPD como 'el impuesto a los ricos', y es la respuesta al acoso electoral de Lafontaine. Hacen auténticos esfuerzos para convencer a las capas humildes de que sus representantes son ellos, y no Lafontaine.

Merkel, por mucho que quiera hacer y convencer, tiene atadas las manos por los socialdemócratas del SPD. Lo intentará; tiene buenas cualidades. Pero con esta configuración parlamentaria veo difícil que pueda convertir esto en un proyecto como el de Margaret Thatcher. No veremos un proyecto de largo plazo. Ha cambiado el personal, para bien, pero no puede haber proyecto.

¿Tanto poder tiene Lafontaine?

El escenario era de cambio. Pero el surgimiento de Lafontaine ha cambiado las cosas. Schröder se la echado a la calle y ha resucitado el lenguaje de la izquierda radical, del siglo XIX, de la solidaridad, de la lucha de clases. Lafontaine ha condicionado claramente el resultado, y la política de estos años.

¿Durará cuatro años el Gobierno?

Unas veces pienso que sí, y otras, que no. Sí, porque unas nuevas elecciones darían el mismo resultado; pero creo que cuando se metan a reformar la sanidad, uno de los dos tendría que ceder demasiado; y no lo hará ninguno para no perder su arraigo electoral. Ese será el conflicto. Tendremos gobierno y coalición a cambio de no tener reformas.

'Es un acto de fe creer que Alemania se recupera en 2006'

'Nunca he creído que Alemania vaya a recuperar su vitalidad económica fácilmente, y menos en el corto o medio plazo con estas medidas que recoge el pacto de gobernabilidad alemán', asegura el profesor Jürgen Donges. 'No pasaremos de un crecimiento del PIB de un 1% en 2006, porque el consumo está parado, al igual que la construcción, y sólo se mantiene el ritmo de la actividad por el tirón de la exportación. Dependeremos, por tanto, de la economía mundial, así como del esfuerzo de muchas empresas exportadoras alemanas que han reducidos costes y han deslocalizado parte de la producción. El componente de insumos importados para las manufacturas de exportación es cada vez mayor. Pero, sinceramente, no veo en 2006 una recuperación. Es un puro acto de fe, como lo es también pensar que Alemania volverá a un déficit fiscal inferior al 3% en 2007, tal como recoge el acuerdo. No veo la forma de que eso ocurra. El IVA subirá en 2007, luego en 2006 el déficit seguirá creciendo. Para cumplir hay que reducir el gasto, y para eso hay que reformar el sistema de prestaciones que tienen los alemanes'.Donges lamenta el escaso recorrido de las reformas estructurales en su país. 'La reforma de las pensiones planteada es un ejemplo más de la falta de ambición y valentía para hacer cosas. Retrasar un mes la jubilación cada año parece cosa de poco, y está mal explicada, porque los que están protestando son los que ya son pensionistas, los únicos a los que no les afecta'.Tiene también dudas sobre la reactivación del proyecto europeo. 'No creo que Merkel pueda tirar mucho del carro. La mayor parte del problema es el señor Chirac. æpermil;l paralizó la directiva de liberalización de los servicios; él está practicando el proteccionismo agrario tradicional, que pone al borde del fracaso la ronda de Doha; ... Mientras este señor sea presidente de Francia, no se de dónde van a venir los impulsos. ¿Blair? Parece que va a lo suyo, como que no es un verdadero europeo; esa es la imagen que tiene. Pero creo que hay más problema en Francia'.'El problema para que la UE avance está en Francia y se llama Chirac'

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