La felicidad, en clave científica
Eduardo Punset pone al alcance de los lectores los descubrimientos sobre la búsqueda del bienestar
Más que dinero, el hombre ansía felicidad. Desde el principio de los tiempos. Sólo que bastante ha tenido con sobrevivir y perpetuar la especie como para plantearse un objetivo como el de ser feliz. Era una cuestión que las religiones aplazaban a la otra vida, porque a la terrenal se venía a penar. Pero ahora la humanidad tiene futuro y reclama la felicidad ya.
Eduardo Punset (Barcelona, 1936) ha descubierto en sus conversaciones con científicos que algunos de los avances recientes sobre la búsqueda de la felicidad han sido comprobados empíricamente, pero no estaban al alcance del grueso de la población. De modo que pensó que en lugar de reservarlos para sus clases universitarias o para un programa de televisión (actualmente dirige y presenta Redes en TVE), valía la pena reunir en un libro este esfuerzo multidisciplinar sobre la gran aventura humana que es la búsqueda de la felicidad. El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas (Destino) es una aproximación al ansiado estado de ánimo y sus condicionantes.
¿Qué ha ocurrido para que la gente emprenda esa búsqueda? El autor responde: 'la esperanza de vida se ha triplicado en el mundo occidental y la ciencia, que estaba al margen, se pone a investigar'.
Cualquier proyecto que no emocione no tiene futuro, señala el autor. 'No se puede decidir sólo por la lógica, la razón. Las decisiones se decantan en función de una emoción'. Y recuerda que sus amigos del MIT (Massachusetts Institute of Tecnology) están empeñados en introducir emociones en la robótica.
Para el autor, conviene tener presente que la felicidad está más en la expectativa de lograrla que en el logro como tal. Es como ir de compras, ilustra, la gente disfruta mientras está inmerso en ese proceso de búsqueda. 'La felicidad está en la sala de espera'.
Las sociedades occidentales se plantean el objetivo de ser felices, sin que exista correspondencia entre bienestar económico y felicidad. 'Una de las revoluciones ha sido poner de manifiesto la disparidad entre la curva de crecimiento económico y el paralelo estancamiento de los índices de felicidad', ofrece Punset.
En El viaje a la felicidad, el autor indaga en los factores genéticos, sociales y políticos que neutralizan el aumento en los índices de felicidad que cabría esperar de esa mayor riqueza económica. 'Los psicólogos, sobre todo en EE UU, han zanjado este tema. Más dinero supone ampliar la gama de elección y eso genera más ansiedad'.
Los Gobiernos también son responsables. Eduardo Punset reclama políticas de apoyo a la felicidad como un derecho de todos los ciudadanos. Tan sólo la Constitución de Estados Unidos establece el derecho de sus ciudadanos a buscar la felicidad. 'Chapeau para sus redactores, que incluyeron ese derecho cuando la esperanza de vida era corta y la ciencia no estaba preparada para asumir esa investigación'.
El autor advierte de la nefasta influencia de actuaciones insolidarias y poco transparentes de los políticos en el comportamiento de la gente. Añade que estudios realizados en cantones suizos demuestran que la gente que participa en decisiones colectivas es más feliz. 'Los Gobiernos deben reflexionar sobre lo que estos estudios sugieren. El mejor termómetro de la salud de una persona es el lugar que ocupa en la escala jerárquica. Tiene que ver con el grado de autonomía, el control que uno ejerce sobre su actividad', aprecia.
Punset escribe que el viaje a la felicidad acaba de empezar y su final es incierto. Para ayudar, propone una fórmula de la felicidad.