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Sector agroalimentario

Vender cava en tiempos de cólera

Apostar por el mercado exterior, consolidar su posición en Centroeuropa mediante sociedades mixtas que permitan un mayor control sobre el producto y seguir invirtiendo en publicidad han sido las recetas estratégicas que ha repartido hoy la dirección de Freixenet para hacer frente al "boicot" que planea en España sobre su producto estrella: el cava catalán.

Lo que el presidente del grupo, Josep Lluís Bonet, ha definido hoy como "una situación política que nos afecta por razones extrañas" no parece, sin embargo, determinante para una empresa que en más del 80% depende de los mercados internacionales y que se plantea aumentar su cuota en Japón y desembarcar en China, donde su presencia hasta este momento resulta marginal.

En este sentido, las ventas de Freixenet en Asia han subido un 46%, en especial gracias a que en Japón, donde se ha llegado a un acuerdo con el distribuidor local Satori, el incremento ha sido de un 47,8%.

Freixenet se alía con la empresa comercializadora de Granini

Precisamente, Freixenet ha anunciado hoy un acuerdo con la empresa Eckes, comercializadora de Granini, que hasta ahora distribuía sus productos en el mercado germano, para crear una empresa al 50% que facturará más de 300 millones de euros anuales y donde un 55% del negocio lo aportaran productos Freixenet.

Este acuerdo permite que "nos estemos planteando para el próximo año una subida de precios del 1,50%, algo muy delicado en un país especialmente atento a los descuentos", ha explicado el consejero delegado de Freixenet, Pedro Ferrer. La subida de precio en Alemania "es un especie de sacrilegio" en un país donde el consumidor vigila tanto los precios, según ha advertido Pedro Ferrer.

Esta fórmula de la sociedad mixta con el distribuidor local, que se ha aplicado a Alemania, el primer mercado de Freixenet, incluso por encima de España, también se ha llevado a cabo en Suiza, con la creación de la sociedad Freixenet Alpes, y se quiere extender a Austria.

Según el vicepresidente económico del grupo, Enrique Hevia, "se trata de tener un mayor control sobre nuestro producto y sobre factores fundamentales como el precio".

El ¢boicot¢ al cava, la piedra en el zapato de Freixenet

Sin embargo, Hevia reconoce que, si bien las perspectivas internacionales son buenas, también gracias a la recuperación del dólar frente al euro, el "boicot" al cava en el mercado español se está convirtiendo en una piedra en el zapato del grupo Freixenet. Debemos seguir como hasta ahora, ser un grupo basado en las exportaciones, pero nos están metiendo en un baile que no es el nuestro", ha declarado hoy Josep Lluis Bonet.

La primera vez que se habló de un "boicot" fue el año pasado, a raíz de unas declaraciones del presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, en contra de que Madrid pudiera ganar la candidatura a la sede Olímpica del 2012.

Como ha explicado hoy Pedro Ferrer, el primer año del "boicot" su efecto fue muy reducido, porque llegó cuando la campaña navideña estaba ya muy avanzada, pero se espera que este año, con la prolongación que ha supuesto la tensión política que ha generado la presentación de la propuesta del nuevo Estatuto, las consecuencias puedan ser peores.

"La distribución nos apoya", ha explicado Pedro Ferrer, pero eso no evita que la situación sea percibida como "injusta" y como "una anomalía" en palabras de Josep Lluis Bonet, quien ha manifestado hoy la impotencia del grupo ante una circunstancia que "nos lo ha puesto difícil cuando nosotros sólo estamos haciendo lo de siempre: dejar en el mejor lugar las banderas catalana y española en los mercados internacionales".

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