La caída del margen pone los locutorios de emigrantes en manos de las cajas
La caída de los márgenes en el negocio de envío de remesas y llamadas telefónicas de larga distancia pone en crisis los locutorios tradicionales para emigrantes. Las cajas de ahorros, a través de la sociedad BEM, se han convertido en líderes de esta actividad con 130 centros multiservicios abiertos.
Las cajas de ahorro toman posiciones en el negocio de los servicios que demandan los cerca de cuatro millones de emigrantes que viven en España. La empresa BEM, en la que participan ocho entidades financieras españolas y una portuguesa, se ha convertido en líder de este sector con 130 centros multiservicios abiertos, que están sustituyendo de forma acelerada a los tradicionales locutorios.
BEM nació hace dos años, y en su accionariado participan las cajas de Badajoz, Canarias, Castilla-La Mancha, Galicia, Mediterráneo, Murcia, Sa Nostra y Unicaja. En el presente ejercicio tiene previsto facturar 50 millones y en 2006 la cifra se elevará a 120 millones. Tiene una plantilla de 360 personas, emigrantes de 20 nacionalidades en un 80%.
Las cajas que participan en BEM han detectado durante los últimos meses cambios importantes en las necesidades de los trabajadores extranjeros en España, y están sabiendo aprovecharlos, según explican fuentes vinculadas a una de estas entidades.
Por un lado, los servicios que hicieron proliferar como hongos los locutorios, (se calcula que ha llegado a haber unos 6.000), las remesas y las llamadas de larga distancia, han visto reducidos drásticamente sus márgenes. Por ejemplo, el precio por minuto de una llamada a Ecuador ha caído de 30 a 15 céntimos. La comisión por el envío de una remesa media de 300 euros ha bajado de 10 a 7 euros. Por otro lado, un elevado porcentaje de emigrantes han conseguido estabilizar su presencia en España y sus necesidades se han hecho más complejas y diversas.
Nuevo locutorio
BEM y las cajas han diseñado un tipo de centro multiservicio alternativo a los locutorios que, sin dejar de servir de punto de referencia y encuentro para la población emigrante, cuentan con un aspecto exterior y unas dotaciones de mayor nivel.
Todos los centros de BEM tienen una superficie mínima de 130 metros cuadrados. Están abiertos durante todos los días de la semana y se procura que el personal que los atiende sea de la misma nacionalidad que los ciudadanos que lo frecuenten.
El mayor cambio en relación con los locutorios tradicionales se produce en los servicios que prestan, que son mucho más amplios y profesionales. La atención bancaria se diversifica y, además del envío de las tradicionales remesas, se ofrecen cuentas a la vista, tarjetas de débito, microcréditos o servicios de cajero automático.
Las llamadas de larga distancia se completan con servicios de telefonía móvil mediante un acuerdo con Movistar y de Internet. También venden billetes de avión, para lo que BEM ha firmado un acuerdo con Viajes Halcón; facilita cursos de formación profesional mediante un pacto con CEAC; hacen de agencia inmobiliaria para la búsqueda de pisos y facilitan la inserción laboral como gestoras de puestos de trabajo temporal.
Casi un millón de llamadas telefónicas en diciembre
El crecimiento de BEM ha sido espectacular desde su nacimiento en 2003. Ese año abrió 13 centros; en 2004 tenía ya 48; hoy cuenta con 130 y en 2006 aspira a gestionar 200. A pesar de la diversificación de actividades y servicios que supone su propia entrada en el sector, las fuentes citadas reconocen que el 50% de los ingresos siguen teniendo su origen en la actividad bancaria, el 30% en los servicios de llamadas de voz, y el resto de actividades se tienen que conformar con el 20% restante. En el próximo mes de diciembre BEM ha previsto que el número de llamadas que se realicen en sus oficinas supere las 900.000, mientras que la cifra de giros o remesas rebasará 20.000.Otras entidades financieras españolas también han colocado en la población emigrante su punto de mira. El BBVA ha se ha puesto como objetivo conseguir que 200.000 trabajadores extranjeros se conviertan en nuevos clientes, con lo que sumará 600.000. Medio millón de emigrantes tienen contratados servicios con Caja Madrid.