El resultado de explotación de Iberia cayó el 28,3% durante la temporada alta
El beneficio neto de Iberia en los nueve primeros meses del año ascendió a 401,7 millones, lo que supone un crecimiento del 170,7% en relación a los 148,4 millones alcanzados en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, esta cifra tiene truco ya que su fundamento se encuentra en la venta de las participaciones accionariales de la compañía española en Amadeus y Savia, que le reportaron plusvalías por 712,4 millones de euros.
La realidad operativa de la empresa es mucho menos optimista, tal como demuestra el hecho de que durante los tres meses de mayor actividad aérea del año, los de julio, agosto y septiembre, el resultado de explotación se haya situado en 80,8 millones, con una reducción del 28,3% en relación al mismo periodo del año anterior.
En este terreno del negocio puro y duro los gastos de las operaciones en el acumulado del año hasta septiembre registraron un incremento del 13% para situarse en 3.498,9 millones.
El crecimiento se debe a dos razones fundamentales. Por un lado, a las dotaciones extraordinarias realizadas para cubrir los gastos de la reestructuración de personal contemplada en el Plan Director y a los costes de la renovación de la flota, que en conjunto significaron cerca de 400 millones de euros.
Por otro lado, se justifica con la 'fuerte y continuada subida del precio del combustible en los mercados'. El deterioro de los resultados de explotación se producen a pesar de los que los índices de ocupación de las aeronaves crecieron del 79,1% al 80,8% en los meses de verano y del 76,1% al 77,4% en el acumulado del año.
La tendencia de la demanda de servicios aéreos de viaje también ha sido muy positiva. Creció un 7,1% hasta septiembre, situándose por encima del incremento medio registrado por los socios de la Asociación de Aerolíneas Europeas (AEA), que fue del 6%.