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Fondos

Expectativas peligrosas

La renta variable emergente vuelve a brillar en 2005, pero crecen las cautelas con la región

La Bolsa emergente fue una de las grandes vencedoras, en términos de rentabilidad, en el mundo de la inversión el pasado año 2004, pero ello no fue una tendencia pasajera, como se esta demostrando en este año 2005 que ya va tocando a su fin. La renta variable emergente se divide fundamentalmente en tres áreas geográficas, Europa, Latinoamérica y Asia o Lejano Oriente. La división tiene todo su sentido, ya que pueden llegar a obtener rendimientos bastantes dispares en ocasiones, debido a que sus economías y mercados financieros son influidos en parte por factores bien diferentes.

En este año, como sucedió en el pasado 2004, la Bolsa emergente europea y latinoamericana han destacado muy por encima de la asiática. Coincide que, por cercanía, en ambos casos es donde existe una gama de fondos de inversión más amplia y donde más dinero fluye por parte del inversor nacional. De este modo, los cerca de 40 fondos, registrados a la venta en España, pertenecientes a la categoría renta variable emergente europea, proporcionan hasta la fecha un retorno medio del 46,32%.

Los fondos de renta variable latinoamericana, incluso superan esa extraordinaria cifra, y disfrutan de una rentabilidad media del 58,90%, en lo transcurrido de este año. Notamos, que la diferencia con las cifras proporcionadas en el cuadro central se deben a que estas corresponden a los índices Lipper globales y que, por tanto, incluyen todos los fondos existentes en Europa, independientemente de que se encuentren registrados en España o no. Los fondos de Bolsa emergente asiática se quedan solamente en un 26,65%, por lo que a pesar de que en este año, sí destacan con rentabilidades positivas importantes, todavía se encuentran lejos de las mareantes cifras de los europeos y latinoamericanos.

El pasado mes de octubre, sin embargo, los fondos emergentes vivieron el tipo de nerviosismo que va aparejado con este tipo de activo y que lo hace apto sólo para inversores preparados para asumir elevados riesgos. Varios de los principales índices sufrieron caídas de varios días consecutivas, que acumularon pérdidas momentáneas, alrededor de la marca del 10%, y aunque en algunos casos, como el brasileño, terminaron recuperándose rápidamente, los fondos emergentes europeos terminaron siendo los peor parados. Este episodio debería de servir de recordatorio a algunos inversores, quizás poco adecuados para este tipo de inversión, que se han visto finalmente tentados por las elevadísimas rentabilidades del último par de años. Además, ello ha sucedido quizás en el área emergente de las tres al que muchos asocian una mayor estabilidad relativa, la europea.

Este bache probablemente será pasajero, posiblemente ayudado también por recogidas de beneficios, y es de esperar una continuación de rentabilidades superiores, mientras los mercados bursátiles globales principales permanezcan con su tendencia alcista. Una de las principales cuestiones que se plantean ahora, como debiera ser en Bolsa siempre, no es sólo por cuanto más tiempo esto puede continuar, sino cuál es el escenario más probable en el medio y largo plazo.

La clave aquí estará en el comportamiento de las economías emergentes, relativo a las desarrolladas, ya que aquellas que sean capaces de sostener un diferencial positivo de crecimiento importante, a lo largo de ciclos tanto expansivos como recesivos, tendrán una probabilidad elevadísima de reflejarlo en sus retornos bursátiles. En este sentido, cabría establecer un orden de posibilidades de que esto suceda, liderado por los países europeos emergentes y cerrado por los latinoamericanos.

Tomando en consideración varios factores, determinantes del desarrollo estable de las economías, como nivel educativo, corrupción, acceso a financiación, apertura económica, seguridad y desarrollo jurídico, los países europeos que recientemente formaron a pasar parte de la Comunidad Europea, parecen colocados en la posición más favorable de todos, seguidos de cerca por los asiáticos.

La consecuencia lógica de este análisis apunta en la dirección de que una cartera de inversión global diversificada, a medio y largo plazo, debiera incluir un porcentaje en fondos de renta variable emergente, posiblemente sobreponderados en Europa, que puede oscilar entre un 2% y un 10%, en función del perfil de riesgo del inversor.

Análisis. Décadas de brusca convulsión

Por cercanía cultural y apego sentimental, muchos españoles deseamos que la economía latinoamericana termine rompiendo con décadas de bruscas convulsiones.Sin embargo, el lado de la realidad más negativo nos revela sociedades con niveles de corrupción e inseguridad jurídica elevados y sistemas educativos deficientes, que además no llegan a todos.La esperanza a que agarrarse es la estabilidad política de los últimos años y los progresos cualitativos de los dos grandes países de la región, Brasil y México.

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