Los fondos cotizados y de inversión libre amplían el abanico de productos
Apertura y flexibilización. Estas dos palabras describen el espíritu del reglamento de instituciones de inversión colectiva que entró en vigor la semana pasada, y que incorpora además novedades en materia de simplificación administrativa y protección al inversor.
Pero es sin duda la ampliación del abanico de activos y vehículos aptos para la inversión lo que ha causado más revuelo. Y entre ellos, son las nuevas figuras que permite el regulador, los fondos de inversión libre y los fondos cotizados o ETF lo más destacado, a priori, de la legislación aprobada.
Instituciones de inversión colectiva de inversión libre. Con este nombre designa el nuevo reglamento a lo que en el mundo anglosajón se conoce como hedge funds, fondos de cobertura o fondos de alto riesgo. El nombre elegido obedece a la intención del legislador de no dar una denominación al producto que asuste a los inversores.
Los 'hedge funds' españoles quedarán bajo la supervisión de la CNMV
Tradicionalmente, por hedge fund se entiende una sociedad privada no registrada (o registrada en paraísos fiscales), dirigida a inversores institucionales y grandes patrimonios, que utiliza una variedad de estrategias e instrumentos financieros, incluida la venta a corto (contra el mercado), la operativa con derivados y el apalancamiento, para obtener rentabilidad absoluta, es decir, que cubre sus posiciones para evitar pérdidas cuando cae el mercado.
El reglamento autoriza los hedge funds, pero obliga al fondo a registrarse en España, es decir, que queda bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Los fondos de inversión libre están destinados a instituciones y grandes patrimonios, razón por la cual la inversión mínima inicial se fija en 50.000 euros y un mínimo de 25 partícipes. Los pequeños inversores podrán acceder a estos productos a través de la figura del fondo de fondos de inversión libre, que garantiza la diversificación de la cartera.
Frente a los fondos tradicionales, los de inversión libre disponen de una serie de ventajas, como que el valor liquidativo de las participaciones podrá calcularse con un periodicidad mínima trimestral. Este requisito obedece al hecho de que estos productos son menos líquidos que los fondos de inversión tradicionales.
Asimismo, los hedge funds españoles no tienen los límites máximos de comisiones del resto de productos y no tienen los límites de inversión del resto del sector, lo que incluye mayor libertad para la operativa con derivados.
Los fondos de inversión libre deben también cumplir con una serie de requisitos. Por ejemplo, los inversores tendrán que firmar un documento antes de hacer la suscripción en el que afirman conocer los riesgos en los que incurre el fondo. Asimismo, se les exige especificar en el folleto aspectos como el límite de apalancamiento del fondo (como mucho cinco veces su patrimonio) o el método de valoración de los activos.
Los fondos deberán disponer de medios que les permitan efectuar un adecuado control del riesgo. Además de estos requisitos, está por ver los que añade la CNMV en la circular que prepara sobre el funcionamiento de estos productos.
El primer ETF calienta motores
Aprobada la figura fondo cotizado o ETF (exchange traded fund, en inglés), la Bolsa de Madrid promoverá el primer producto español de estas características, referenciado al Ibex, y encomendará su gestión a una entidad.Los fondos cotizados son un híbrido entre un fondo y una acción. Es una cartera que, normalmente, replica exactamente un índice, con la particularidad de que se comporta como una acción, es decir, que se puede comprar y vender en el mismo día.Su principal ventaja es que el inversor puede comprar todo el índice adquiriendo una sola acción que se comportará como aquel. Pero es también un instrumento muy útil para arbitrar con él y realizar coberturas combinando la inversión en el fondo con los derivados sobre el mismo índice. Tal es su liquidez.En Europa los ETF son instrumentos muy utilizados, que tienen especial desarrollo en las Bolsas de Londres y Fráncfort.