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CincoSentidos

Del circuito a la carretera

El Zonda, fabricado por la firma italiana Pagani, es un modelo desconocido para la gran mayoría y que, sin embargo, goza de gran predicamento entre los bolsillos más adinerados -en España el importador está ubicado en Marbella-.

Pagani construye muy pocas unidades del Zonda y siempre previo encargo, por un precio que ronda los 600.000 euros. El proceso de fabricación, extremadamente riguroso, es casi artesanal. Disponible en versiones cerrada y roadster, el Zonda es un espectacular y estricto biplaza de 4,40 metros de longitud por sólo 1,15 de altura. Su concepción es típica de los modelos de resistencia: bastidor de estructura tubular, plataforma en nido de abeja realizada en caros, ligeros y resistentes materiales compuestos, como el carbono -al igual que el conjunto de la carrocería-, suspensiones de triángulos superpuestos con amortiguadores dobles y horizontales, cabina adelantada y estrecha a más no poder, mecánica dispuesta en posición central y longitudinal, tracción posterior y piso plano para lograr el llamado efecto suelo.

El propulsor es de origen Mercedes-Benz, de doce cilindros en V. Desplaza 7,3 litros, monta culata de 48 válvulas, es atmosférico y entrega 555 CV -a unas tranquilas 5.900 vueltas- en la variante más sencilla, además de un par máximo propio de un trailer de gran tonelaje: 750 Nm a 4.050 rpm.

Con sólo 1.280 kilos de peso, el Zonda -2,3 kg/CV- se permite 340 km/h de velocidad máxima, además de un fulminante paso de 0 a 100 km/h de tan sólo 3,7 segundos. Para digerir sin pega semejante torrente suma una caja de cambios manual de seis relaciones. Por si acaso, no faltan ni diferencial autoblocante trasero ni control de tracción ASR, aunque la simplicidad de la que hace gala el Zonda excluye mayores sofisticaciones electrónicas de ayuda a la conducción.

Por otra parte, neumáticos traseros de medida 345/30 sobre llantas de 19 pulgadas garantizan que no se desperdicie ni un sólo caballo. Por cierto, para detenerse no hay pegas, pues cuenta con el auxilio de unos soberbios discos ventilados de 335 milímetros en ambos ejes.

Otro detalle: a la hora de conducir, conviene vestir un mono, guantes y calzado de carreras: una vez acomodado a sus báquets de carreras, quedará firmemente amarrado con un cinturón de seguridad de cinco puntos de anclaje, tipo arnés.

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