_
_
_
_
Lealtad, 1

Mucho ruido para tan poco volumen

Que el español es un inversor conservador es algo que, a estas alturas, poca gente pone en duda. Es más, por mucho que pasan los años, por más que aumenta su cultura financiera, el español sigue siendo un inversor conservador.

Las cifras, tercas ellas, no hacen más que confirmarlo. Un informe elaborado por Inverco sobre la evolución del ahorro de las familias españolas, correspondiente al segundo trimestre de este año, subraya aún más si cabe la aversión al riesgo del ahorrador español: el 39% de los activos se encuentran invertidos en depósitos financieros y efectivo, frente a un 26% que se reparte en inversión directa entre renta fija y variable. La inversión en fondos de inversión no llega al 15%. Y tres cuartas partes del patrimonio de la inversión colectiva se encuentra en los productos de corte conservador, principalmente monetarios, renta fija y garantizados.

Uno de los escasos intentos de sacar el pie fuera del tiesto conservador tuvo lugar a finales de los noventa, cuando la burbuja bursátil convirtió en oro y luego en aire prácticamente toda inversión en Bolsa. Aquello supuso un mazazo para el inversor, que aún hoy se lame las heridas.

El Gobierno aprueba hoy el reglamento de instituciones de inversión colectiva que debe abrir la mano a los fondos de cobertura, de alto riesgo, de inversión libre, hedge funds o como se les quiera llamar. Lo importante es que es un texto muy aperturista.

Pero los fondos de inversión libre son productos de riesgo, lo que no encaja mucho con el perfil del ahorrador español. Es más, las entidades financieras son conscientes de que, salvo con algún tipo de garantía, no van a poder vender este producto, en su formato de fondo de fondos, de manera masiva. Así que al final serán productos que consumirá una minoría: básicamente los grandes patrimonios. Como comentaba recientemente un gestor: 'Va a haber mucho ruido para muy poco volumen'.

Archivado En

_
_