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Lealtad, 1

A vueltas con la corrección

Las operaciones empresariales, y otros factores menos bursátiles, han distraído al inversor de lo que fue su principal ocupación a lo largo del mes de octubre: discutir el alcance verdadero de la corrección iniciada el día 4. Opiniones hay para todos los gustos, y a veces se exponen de forma tan categórica como si se tratase de un debate futbolístico. El mercado, de momento, todavía no ha dado la razón a unos o a otros. Si acaso, a los que no se pronunciaban, pues tampoco lo ha hecho el Ibex.

En cualquier caso, las tesis oscilaban entre el final de la tendencia alcista registrada desde primavera de 2003 y una simple corrección de las ganancias de los últimos meses. Ambas son correcciones; lo diferente es el plazo y la magnitud de la subida que se ha de corregir y, por tanto, son distintos también los plazos y magnitudes de las caídas.

Es, pues, una cuestión de tiempo. Precisamente por eso, si la Bolsa purga ahora, como parece estar haciendo, los excesos de septiembre, eso no elimina la posibilidad de una corrección más profunda cuando el mercado recupere el tono, y que borre las ganancias de periodos más largos que un mes. Así, la renta variable puede remontar sobre los niveles actuales, regresar a máximos y luego bajar; perder incluso los 10.000, 9.500 o 9.000 puntos. ¿Qué sería eso, una corrección o una tendencia bajista?

Las afirmaciones como que la Bolsa está protegida de nuevas caídas si aguanta el 10.200 sirven como referencia de un día para otro, pero no aguantan mucho más tiempo. De hecho, el elemento que tradicionalmente tuerce los mercados alcistas, los tipos de interés, no se ha reflejado el precio de los bonos. El inversor no estará en condiciones de descartar una corrección de mayor calado hasta que a los temores inflacionistas -como los registrados en las últimas semanas- vengan acompañados de alzas en los tipos largos. æpermil;sa será la prueba del nueve. nrodrigo@cincodias.es

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