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CincoSentidos

Alfombras con arte y color

Proceden de Nepal y adornan un lujoso hotel neoyorquino, la sede de una entidad bancaria en París o el museo Paul Getty de Los Ángeles. Son las alfombras que la diseñadora Stephane Odegard lleva años distribuyendo por el mundo, lo que la ha convertido en una de las colaboradoras preferidas de los decoradores y conservadores más famosos de esas grandes urbes.

Ahora Stephane Odegard aterriza en Madrid con su bagaje de nudos artesanos llenos de color de la mano del anticuario Juan Rica Basagoiti.

En sus alfombras ha añadido durante años nuevos tintes, con colores que pasan por todas las gamas del verde, marrón y rojizos, así como diseños que adaptan los dibujos tradicionales de Nepal y del Tíbet al gusto más sofisticado de su público de Occidente, como puedan ser los propietarios de una antigua villa italiana.

No obstante, introduce esos cambios sin perder algunas de las líneas originales, como son los motivos budistas o los inspirados en los paisajes, desde la puesta de sol a las hojas de los árboles; y además en ellas permanecen los tigres, los más emblemáticos animales de esa parte del mundo.

Pero lo que mantiene con más fuerza de lo heredado de esas culturas ancestrales es la forma de tratar y trasladar las materias primas a sus creaciones, ya sea la lana tibetana, que es cardada a mano, u otros tejidos asiáticos más refinados. Incluso ha aumentado los nudos de las alfombras de los 50 ó 60 a los 100 por metro cuadrado. 'La calidad y pureza de la materia prima es un factor fundamental', reitera Stephanie Odegard

La aventura en Nepal de esta diseñadora y empresaria de Minneapolis comenzó en la década de los ochenta después de llegar a esa nación del sur de Asia en una misión del Banco Mundial. Más adelante se convirtió en una impulsora del comercio nepalí de alfombras en las que perdura la tradición tibetana a través de los refugiados.

En la actualidad cuenta en aquel país con cuatro fábricas en las que impera el rechazo del trabajo infantil y la obligación de destinar parte de sus beneficios a la escolarización de los menores. Junto a las alfombras, los chales teñidos con azafrán son otros de sus productos que han impactado en Occidente.

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