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Mercados

El recuerdo de la burbuja tecnológica aún frena el apetito de los inversores por la Bolsa

Los inversores han perdido miedo a invertir. Años de tipos de interés reales negativos han inyectado un exceso de liquidez al sistema que ha reducido la percepción de riesgo. La abundancia de dinero produce un efecto riqueza que disminuye el valor que se le otorga. La utilidad de los ahorros cambia y aventurarse a entrar en el mercado no cuesta tanto.

'El apetito por el riesgo ha aumentado y se ha ido generando en los últimos años por las políticas monetarias laxas. Cuando hay mucha liquidez la propensión a arriesgar es mayor. Se trata de perder lo que sobra', comenta Iván Barbacid, de Barclays.

La recuperación económica, la fortaleza de los resultados empresariales y un entorno de tipos de interés bajos han provocado un efecto llamada entre lo inversores. Lo curioso es que la cautela hacia la Bolsa y el atrevimiento se conjugan.

La deuda y los emergentes reflejan el mayor apetito por el riesgo a nivel global, según CSFB

Algunos de los activos más arriesgados se han convertido en objeto de deseo de los hedge funds, quienes ávidos por sacar rentabilidades extra, han apostado por la deuda y mercados emergentes, han fomentado las apuestas por los derivados de crédito, y buscan estrategias innovadoras para rascar rendimientos, dejando atrás las inversiones más tradicionales, lo que explica la caída de Wall Street este año.

El último informe de Credit Suisse First Boston sobre estrategia global ahonda en estas dos cuestiones. El banco ha elaborado un índice para medir el apetito por el riesgo a nivel global y reconoce que en el momento actual ha repuntado hasta territorio de 'euforia'.

'Consideramos que el apetito por el riesgo se mantendrá alto durante un periodo de tiempo prolongado ya que el principal catalizador ha sido la producción industrial, que consideramos que continuará fuerte', explica Credit Suisse First Boston.

El banco reconoce, no obstante, que esta mejora no ha venido acompañada de un repunte del sentimiento hacia la renta variable. 'Una comparación entre nuestro indicador de apetito por el riesgo para la renta variable y aquel a nivel global muestra que es sólo la segunda vez en 10 años que el índice general sube a niveles máximos mientras que el de Bolsa se queda atrás'. 'El mercado de bonos, Japón y partes del mercado emergente explican el repunte global', comentan.

Las lecciones aprendidas tras el estallido de la burbuja tecnológica ayudan a comprender la paradoja que supone esta forma de afrontar el riesgo. Los excesos del pasado aún pesan. Los que compraron Terra a 150 euros no lo olvidarán. Muchos inversores salieron escaldados cuando llegó el desplome de las Bolsas y vieron cómo se esfumaban sus ahorros en cuestión de meses. Terra, por seguir con el ejemplo, dejó de cotizar en julio a 3 euros.

El presente y pasado se conjugan bien en el mercado ahora. Los inversores se muestran más dispuestos a arriesgar, ayudados por ese exceso de liquidez, pero aún muestran recelo por la Bolsa. 'La gente no acaba de hacer el trasvase de la renta fija a la renta variable', comenta Estefanía Ponte, de Beta Capital.

Los mercados emergentes, Japón y los índices europeos son los que presentan las revalorizaciones más destacadas este año. 'La buena evolución de los mercados emergentes refleja el mayor apetito por el riesgo buscando rentabilidades. La mejora económica favorece a Japón y a Europa', explica Ponte.

En Europa, sin embargo, pese al buen comportamiento de la Bolsa y el efecto llamada que han producido las fuertes alzas este año, el Ibex gana el 17%, la cautela aún impera. El índice de CSFB sobre el apetito por el riesgo a nivel europeo muestra que el indicador aún está lejos de máximos, mientras que el de Japón es el único que ha repuntado de con fuerza.

'Los inversores están cautos. Ahora se exige mucho más pese a que el mercado ha vuelto a niveles de 2001. La prima de riesgo (lo que se exige de más para invertir en Bolsa y no en deuda) ronda los 6 puntos cuando antes estaba en tres', comenta Jaime Hoyos, de Banco Urquijo.

Este recelo es un buen síntoma porque si los inversores se animan y bajan sus exigencias aún podemos ver más ganancias en las Bolsas, según los expertos.

Menos peligros que ventajas

Los riesgos de una curva de tipos plana. El exceso de liquidez en el mercado también puede traer consecuencias negativas. El fuerte repunte que ha experimentado la deuda, lo que ha situado la rentabilidad en mínimos, ha desatado voces de alarma. El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan ha expresado preocupación por el aplanamiento de la curva de tipos. En declaraciones recientes recalcó que puede reflejar un exceso de confianza en la economía que fomente 'excesos financieros y estrés económico'. Señales de venta en Japón. Credit Suisse First Boston considera que el mayor apetito por el riesgo a nivel global no implica un exceso de especulación respecto a la renta variable. Los indicadores que elabora el banco sugieren que en Europa el sentimiento hacia la Bolsa aún es neutral, lo que deja espacio para más subidas en Europa. En Japón, sin embargo, la disposición al riesgo ha alcanzado niveles elevados, lo que implica que la Bolsa puede corregir más en términos relativos, según el banco.El miedo al crédito más caro.'Si suben los tipos de interés esto frenará el apetito por el riesgo', comenta Sasha Evers, de Mellon Global Investments. Un temor que ha aumentado en las últimas semanas ante los indicios de inflación. Los expertos, no obstante, aún encuentran razones a favor de la Bolsa entre las que destacan el mayor atractivo de la renta variable frente a la deuda, un entorno macroeconómico favorable y un fuerte repunte de las compras a nivel empresarial.

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