Un local lujoso para comidas de negocios
Empezaron tímidamente a finales de junio, pero no ha sido hasta el pasado mes de septiembre cuando realmente han iniciado en serio su andadura. El restaurante Azabara (Complejo Nueva Fontana. Hernani, 75. Madrid. Tel.: 91.417.59.79) se ubica dentro del complejo hostelero Nueva Fontana, un espacio de 3.000 metros cuadrados cuidado al detalle. En la planta baja una marisquería, La Naveta, para comer platos sencillos de manera más informal; en la superior el restaurante, Azabara, y en el sótano una exclusiva discoteca que abrirá de jueves a sábado a partir del próximo 19 de octubre.
Todo es un alarde decorativo de Tomás Alía, que ha jugado con los blancos y negros, el cristal de Murano y las cortinas de Swarovsky. Junto a la discoteca lo más espectacular es el restaurante, que lejos del minimalismo imperante se llena de personalidad y buen gusto, incluyendo al servicio de sala, de impecable esmoquin.
En la cocina lleva las riendas Juan Pablo Jiménez, proveniente de Zalacaín, que ha optado por una carta actual pero adaptada a los gustos de la clientela, en su mayoría hombres de negocios y clientes con posibles. Una opción recomendable es solicitar alguno de los productos que se ofrecen en la marisquería (unos espectaculares percebes, ostras, cigalas, almejas...) y continuar con sugerencias de la carta. Así, el huevo poché con crema de guisantes y tartufo (la crema, aunque fuera de temporada, está bien, pero el huevo llega demasiado hecho), el mero con callos de bacalao y coquinas, buen producto bien tratado en su paso por el horno, o el cochinillo confitado con fideos y miel, de piel crujiente e interior jugoso.
De postre, frutas del bosque con cava o tiramisú con helado de vainilla, de desigual factura. Los altibajos culinarios, que convendría pulir, no afectan a la bodega, muy completa en referencias nacionales y extranjeras, la carta de aguas y de cócteles. Precio medio: 75-90 euros.