España teme que se vacíe de contenido la directiva de servicios

La propuesta de directiva marco de servicios, por la que la UE espera que se generen 600.000 nuevos empleos, está viviendo sus momentos decisivos, después de cinco años de duro trámite legislativo. A la espera del debate, a finales de octubre en el Parlamento Europeo, el director general de Política Económica del Ministerio de Economía, Ángel Torres, expresó ayer su temor de que el proyecto normativo comunitario acabe sin contenidos de calado sobre lo previsto.

'Hay riesgo de que el texto quede descafeinado en exceso', comentó en la Fundación Rafael del Pino. España 'es partidaria de la máxima liberalización de los servicios' a escala comunitaria, pero la reticencia de varios países (Francia y Alemania, entre ellos) está provocando que se estudien restricciones añadidas a su ámbito de aplicación. Inicialmente el proyecto de directiva excluía los servicios financieros y el transporte. Ahora los técnicos del Parlamento y la Comisión estudian que queden fuera también otros asuntos como los servicios públicos de contenido económico (agua, energía, etc), la sanidad y toda la fiscalidad.

No obstante, Torres mantiene su confianza en el documento que presentará la presidencia británica de la UE en el Consejo de Ministros de Competitividad de noviembre, en donde se abordará el futuro de la directiva. Francia amenaza con vetar su aprobación si no se producen acuerdos en asuntos que considera básicos como el 'principio del país de origen'.

Tal principio permite que un prestador de servicios se someta únicamente a la legislación nacional del Estado de donde procede, lo que acarrearía, según Francia, ventajas comparativas para las empresas que operan desde países con escaso control administrativo y laboral.