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Política laboral

Huelga masiva en Francia contra la precariedad en el empleo

Dominique de Villepin y su política de empleo se enfrentaron ayer a su primer gran test como primer ministro. La huelga de los servicios públicos convocada por el conjunto de centrales sindicales en protesta por la política social del Gobierno llevó a la calle a un millón de personas, según cifras de los sindicatos, 470.000 según la policía, en 150 manifestaciones repartidas por todo el país.

La jornada estuvo marcada por graves perturbaciones en el transporte urbano, que dejó algunas ciudades, como Lyón, paralizadas. La excepción fue la región parisiense, donde un acuerdo sobre los 'servicios garantizados' permitió que circularan dos autobuses de cada tres y tres de cada cuatro trenes. Hubo alteraciones en ocho de las 14 líneas de metro. El paro también afectó al transporte aéreo, con numerosas cancelaciones de vuelos entre Francia y España.

El centro de las reivindicaciones, que disfrutan de un amplio apoyo popular (tres de cada cuatro franceses justifica la protesta) es el nuevo contrato ideado por el Gobierno, 'símbolo de la precariedad' del mercado de trabajo, según claman los sindicatos.

La normativa permite a la empresa realizar un contrato por un periodo de prueba de dos años durante el que la compañía se reserva el derecho de despido. Sin embargo, el Ejecutivo justifica la iniciativa como empuje a la creación de empleo. La tasa de paro roza el 10%.

En la jornada de movilización participaron trabajadores de algunas empresas privadas en crisis, encabezadas por los de Hewlett-Packard, después de que la compañía estadounidense haya anunciado la supresión de 1.240 puestos en Francia.

Correos, la eléctrica EDF y la enseñanza pública fueron los sectores en los que más se notó el paro, a los que se unió la fuerte movilización en Marsella de los empleados de la naviera pública SNCM, que une la isla de Córcega con el continente y está paralizada desde hace dos semanas por la ruidosa movilización de sus trabajadores.

Tras haber anunciado su privatización, el Gobierno dio marcha atrás la pasada semana y se comprometió a que el Estado mantenga hasta el 25% de capital. El Ejecutivo podría hacer un nuevo gesto hoy durante la reunión que mantendrá con los sindicatos, y elevar la participación de los asalariados al 33%.

El primer ministro dice 'haber escuchado'

El primer ministro, Dominique de Villepin, afirmó ayer que ha escuchado el mensaje de los cientos de miles de manifestantes que recorrieron las calles de las principales ciudades del país y recalcó que su acción se centra en el empleo y el poder adquisitivo, las dos principales reclamaciones sindicales. 'He escuchado el mensaje que nos envían los franceses. Todo el Gobierno escucha el mensaje que nos envían los franceses. Queremos responder a sus inquietudes y aspiraciones. Quieren resultados y luchamos por ellos', aseguró Villepin en la sesión de control al Gobierno en la Asamblea. Villepin no anunció ningún cambio político en respuesta a las manifestaciones y recordó que su Gobierno ha diseñado un presupuesto para el año próximo en el que 'todos los márgenes están consagrados al empleo, por el poder adquisitivo y por el futuro'.

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