La falta de acuerdo en Opel aleja el Meriva de España
Los trabajadores de la planta de General Motors en Figueruelas (Zaragoza) rechazaron los ajustessalariales y de jornada contenidos en la última oferta formulada por la empresa para retener la fabricación del Opel Meriva. La dirección de GM España tiene previsto reunirse esta mañana con el pleno del comité de empresa para analizar la situación creada. Hoy expira el plazo para que las plantas de Figueruelas y la polaca de Gliwice presenten sus propuestas para optar a fabricar la segunda generación del Meriva en 2009.
Los afiliados de los sindicatos con representación en el comité de empresa de la fábrica de General Motors en Figueruelas (Zaragoza) han optado finalmente por rechazar las condiciones impuestas por la división española de la multinacional automovilística para retener la fabricación del Meriva. La asistencia masiva obligó a las organizaciones a buscar locales fuera de sus sedes para albergar las asambleas, cuyo resultado ha sorprendido por su contundencia.
æscaron;nicamente los afiliados de UGT y del sindicato de cuadros Acumagne, que habían defendido claramente el 'sí', respaldaron con un 66% y un 63% de los votos , respectivamente, la aceptación de la oferta 'de mínimos' planteada por la empresa. En CC OO, el 'no' superó el 90% de los votos, y en OSTA, cuyos dirigentes habían venido actuando en sintonía con UGT, mayoritaria en el comité de empresa, el rechazo alcanzó un sorprendente 72%. CGT ya había decidido con anterioridad su oposición a cualquier recorte de las condiciones laborales.
Trasladados estos resultados al comité de empresa, el 'no' suma 22 votos (10 de CCOO, siete de CGT y cinco de OSTA) frente a los 15 del 'sí' (13 de UGT y dos de Acumagne). En la práctica, el rechazo imposibilita que la planta de Figueruelas pueda entregar hoy en Zurich (Suiza) una oferta pactada entre la empresa y los representantes de los trabajadores a la cúpula europea de la multinacional para hacer frente a la opción representada por la fábrica de Gliwice (Polonia).
Antonio Carvajal, portavoz de CCOO, subrayó que 'los trabajadores han rechazado el planteamiento de la empresa de convertir cada nuevo modelo en una subasta para recortar los derechos laborales. Nosotros vamos a luchar para que el Meriva siga fabricándose en Zaragoza, pero asegurando el respeto a unas condiciones dignas'.
Ramón Górriz, secretario de política industrial de la Federación del Metal de CC OO, criticó 'el intento de presentar a los trabajadores como responsables de situaciones que no han creado, con el propósito de impedir una respuesta colectiva al recorte de sus derechos'.
Fernando Bolea, de UGT y miembro del comité europeo, reconoció que 'aunque, tras el rechazo, ya no cabe otra propuesta, todavía no damos la batalla por perdida y seguiremos luchando para que el Meriva siga en Figueruelas'.
En concreto, la última oferta de GM España rechazada por los trabajadores establecía un incremento anual de salarios y pluses del 50% del IPC y la congelación del complemento de antigüedad desde el 31 de diciembre de 2007, respetándose hasta esa fecha la vigencia del convenio actual. También se modificaba el coste de las jornadas de viernes noche o sábados y se anunciaba el compromiso para aumentar la producción por turno, con el fin de recortar la diferencia de 33 minutos existente con la planta polaca de Gliwice. En cuanto a externalización, la oferta no incluía ningún anuncio concreto (en la anterior propuesta se mencionaba al módulo de salpicadero), pero admitía la posibilidad de que se incrementaran este tipo de actividades. Y se añadía la posibilidad de convertir en indefinidos los contratos sucesivos de relevo, con una duración total superior a los cinco años.
Los partidarios de aceptar la última oferta de la empresa no ocultaban sus temores tras conocer el resultado de las votaciones. Estos trabajadores comentaban que 'el pulso con las multinacionales suele perderse, porque estas empresas tienen hoy muchos sitios donde localizar su producción'. También el consejero de Economía del gobierno de Aragón, Eduardo Bandrés, se mostró 'profundamente preocupado'.
El rechazo a la última propuesta de GM España parece claro que reduce las posibilidades de que Figueruelas siga fabricando el Meriva. Sin embargo, a la planta zaragozana aún le quedan importantes bazas por jugar. En primer lugar, la multinacional debería realizar un fuerte desembolso para instalar en Gliwice unas instalaciones productivas que ya funcionan muy satisfactoriamente en la fábrica española. También puede influir la política industrial de los Gobiernos central y autonómico en este ámbito (especialmente en los apoyos fiscales y a la I+D+i), de cara a articular una alternativa con posibilidades.
Lo que parece claro es que un eventual traslado del Meriva a Polonia podría afectar no sólo a los 3.000 puestos de trabajo que dependen directamente de la retención del modelo sino a los 7.482 que integran actualmente el total de la plantilla, dado que la imagen de Figueruelas como planta modelo sufriría un durísimo golpe.
La cuenta atrás
Tras el rechazo de los trabajadores, la primera cita es la reunión que mantendrá hoy la empresa con el comité de empresa, en la que la dirección conocerá oficialmente los resultados de las asambleas celebradas durante el fin de semana. El siguiente paso será la decisión que adoptará la cúpula europea de la multinacional sobre las opciones de Gliwice y Figueruelas para fabricar la segunda generación del Meriva a partir del 2009. Según las impresiones recogidas en las diversas asambleas, parece que la decisión será dada a conocer el 10 de noviembre. No obstante, el proceso de selección no sería efectivo hasta que la matriz estadounidense diera su visto bueno en Detroit a la propuesta europea, lo que podría producirse el 15 de diciembre.