Barroso pide una solución rápida para Turquía con el fin de evitar la parálisis en la UE
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, confió ayer en que los Estados miembros lleguen a una rápida solución sobre la apertura de las negociaciones para la adhesión de Turquía, dado que la UE necesita en la actualidad evitar 'toda idea de parálisis'.
Barroso hizo esas declaraciones en la cumbre social europea celebrada en Bruselas para conmemorar los veinte años desde el inicio del diálogo social entre las instituciones europeas, la patronal y los sindicatos. 'Los representantes de los Estados miembros están trabajando muy duro. Espero que pronto logren un consenso que siga las líneas del Consejo Europeo, porque necesitamos decisiones y deberíamos evitar toda idea de parálisis', dijo el presidente de la Comisión.
Turquía deberá esperar hasta el último momento para saber si comenzará las negociaciones de adhesión con la UE el próximo lunes, como estaba previsto, después de que Austria bloqueara ayer nuevamente un acuerdo sobre el marco que debe regir las conversaciones. La exigencia de Austria de que se ofrezca a Turquía una alternativa a la plena adhesión impidió a los embajadores de los Veinticinco despejar el último obstáculo para el comienzo de las negociaciones y obligó a convocar una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores para el próximo domingo en Luxemburgo.
Turquía amenaza con no ir
La reunión tendrá lugar un día antes del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores, previsto para el lunes, día 3 de octubre, en la capital del Gran Ducado. La UE se comprometió en diciembre a abrir en octubre las negociaciones de adhesión con Turquía.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Abdulah Gul, amenazó ayer con no enviar una delegación a Luxemburgo el lunes, fecha en la que deberían comenzar las negociaciones de ingreso. Gul afirmó que su país 'no irá' a Luxemburgo hasta que esté clara la versión definitiva del documento que fijará las directrices de la negociación.