Las hoteleras no se atreven con el gran lujo en España
Sólo hay 16 hoteles de gran lujo en España y, aunque haya hueco para más, las cadenas no dan el paso
El hotel de gran lujo es un atractivo para inversores. Su rentabilidad puede ser de hasta el 7% al ser un reclamo de clientes del más alto nivel, que gastan mucho más que la media de visitantes durante su estancia. A pesar de estas ventajas, el sector sólo reconoce 16 hoteles de gran lujo en España. Es decir, establecimientos con una categoría superior a la de cinco estrellas. 'Generalmente, la diferencia está en el servicio', dice Coré Martín de Jones Lang Lasalle. También en el precio. Una habitación de un hotel como el Palace de Madrid puede costar entre los 439 euros y los 3.550 euros por noche.
Existe un gran boom de establecimientos de cuatro y cinco estrellas, pero las inversiones en la alta gama no terminan de despegar. Es cierto que los grupos hoteleros internacionales merodean por el sector en busca de una oportunidad para establecerse en este mercado, 'pero la entrada es lenta y con cuentagotas', explica Jesús Gatell, presidente de la patronal de hoteles de Madrid.
Una de las razones de esta falta de decisión para entrar en este segmento en España es el modelo rígido de explotación de hoteles que todavía domina el mercado nacional.
El modelo de contrato de alquiler es tan rígido que asusta a las cadenas extranjeras
Coré Martín argumenta que los hoteleros internacionales no ven con buenos ojos los contratos de alquiler, predominantes en este mercado, ya que estarían más cómodos con un régimen más flexible, que incluiría además del alquiler unas comisiones por ventas o una fórmula de explotación que fuera más rentable para cubrir las inversiones.
En Madrid, sólo existen cinco establecimientos de gran lujo. Del extranjero sólo están presentes las compañías Starwood (Palace), Orient Express (Ritz) y Hyatt (Villamagna). El resto, el Santo Mauro, de AC Hotels, y el Puerta América, recientemente inaugurado por el grupo Silken, son españoles.
Lo que resulta chocante es que todavía no hayan entrado en Madrid otros inversores relacionados con el gran lujo como el asiático Mandarin Oriental, que prevé entrar pronto con un establecimiento en Paseo de Gracia, en Barcelona.
Mayor coste del suelo
Quizá el problema fundamental que frena a estas cadenas internacionales a entrar es el mayor coste del suelo en la capital. 'Los precios son tan desorbitados que han quitado las intenciones de algunas cadenas que pretendían operar', explica Coré Martín.
Así, la compañía estadounidense Ritz- Carlton, cuya única presencia la tiene a través del hotel Arts de Barcelona, intenta entrar en Madrid pero no ve el momento oportuno para hacerlo. Esta podría ser una razón del crecimiento previsto del gran lujo en otros lugares de la costa, que cuenta con precios más asequibles.
Por su parte, la patronal de hoteles, aunque no ve con buenos ojos la nueva construcción de plazas hoteleras por el problema de la sobreoferta, apoya la entrada de estos establecimientos en Madrid 'ya que dan valor añadido a los destinos en los que están ubicados por la calidad de sus servicios y su diferenciación'. Además, apunta, 'siempre son bienvenidos por organismos y empresas'.
Auge del sector en nuevos destinos de sol y playa
El sector reconoce que el crecimiento del sector de gran lujo es lento pero augura una expansión a medio plazo. Las cadenas extranjeras están mirando todas las posibilidades para instalarse en nuevos destinos. Normalmente, este avance se está dando en otros lugares alejados de los circuitos tradicionales como Madrid o Barcelona. De hecho, hay previstos nuevos proyectos en Murcia y en la costa, según Jones Lang Lasalle. Su impulso dependerá de la flexibilidad del modelo de negocio que se imponga. En otros países, este tipo de establecimiento están en pleno desarrollo, sobre todo en el segmento de sol y playa, como el de Cap Cana en el Caribe. En España, de los 16 establecimientos existentes, cinco están en Madrid, cuatro en Barcelona (Arts, Fuster, Place y Clavis), uno en Lanzarote (Yaiza); dos en Tenerife, (Botánico y Bahía del Duque); uno en Marbella (Don Pepe), dos en Estepona (Las Dunas y Kempinski) y dos en Mallorca.