El poder asiático atenaza a los fabricantes alemanes
En el Salón del Automóvil de Fráncfort, los productos asiáticos causaron sensación. Los chinos exponían por primera vez y todo el mundo quería conocer los modelos: el offroad Lanwind del fabricante Jiangling; el HQ, de Geely, y la berlina Zhonghua, de Brilliance. El furor por lo asiático tiene mucho que ver con la crisis de los fabricantes europeos (Volkswagen/Seat, Ford, Opel, Fiat) y la reestructuración implacable a la que se está sometiendo la industria alemana del motor. Según datos del Center of Automotiv Research, mientras los costes salariales ascienden en Alemania hasta los 36 dólares la hora, los fabricantes chinos pagan menos de un euro.
VW tiene previsto eliminar 10.000 puestos en Alemania. Opel, 10.000. Mercedes-Benz, 5.000. Según el Instituto de economía automovilística de la Escuela superior de Nürtingen, hasta 2010 los fabricantes de automóviles reducirán sus plantillas un 9%. Sólo los proveedores crearán puestos de trabajo: un 4% más. Según Franz Fehrenbach, jefe de Bosch, el mayor proveedor mundial de la industria del automóvil (con 2.700 patentes al año), en los próximos diez años se registrará un gran auge de la producción y la demanda de vehículos de precios inferiores a los 7.000 euros netos.
La industria alemana apunta una solución: no dar tregua a la competencia, ser todavía mejor. 'Tenemos que ser mejores', repetía Bernd Pischetsrieder, jefe del consorcio VW, en el Salón. En el saneamiento del grupo se prevé la venta de cuatro plantas de componentes: Braunschweig, Kassel, Salzgitter y Chemnitz. Tras comparar los costes de estas fábricas con los de los proveedores se ha comprobado que los primeros son mucho más elevados.
En primavera el nuevo jefe de marca de VW, Wolfgang Bernhard, ya anunció que no dejaría ni una piedra sin mover hasta localizar todas las posibilidades de ahorro. VW está amenazando en Wolfsburg con fabricar un nuevo todo terreno en Portugal si los empleados no asumen trabajar más por menos. Y Der Spiegel apunta que cada vez más trabajadores del grupo deberán aceptar los criterios seguidos en Auto 5000 GmbH, la filia de la antigua República Democrática en el que se monta el Touran por 2.500 euros mensuales.
Mientras unos apuntan que la crisis de los fabricantes alemanes es resultado de la pésima gestión de sus ejecutivos, otros señalan hacia Asia. El éxito de BMW y Porsche ofrece buenos argumentos a los primeros. Los fabricantes de Múnich y Stuttgart han demostrado que no hay que dormirse en los laureles y no perder de vista tres criterios: eficiencia, calidad y adecuada política de modelos.
Tanto el nuevo jefe de marca de VW, Wolfgang Bernhard, como el nuevo responsable de Turismos de Mercedes-Benz, Dieter Zetsche, han prometido ser implacables. Zetsche deberá corregir los problemas de calidad que han ensombrecido la imagen del Mercedes Car Group. Zetsche está negociando también miles de despidos; medida que, según el periódico Handelsblatt, le costará al consorcio un suma millonaria porque el último convenio garantiza los puestos de trabajo hasta 2012. También Carl-Peter Forster, jefe de General Motors Europe, dice respecto a Opel, 'la diferencia de costes entre fabricar en Alemania, en Polonia o en Hungría debe ser tan pequeña que no valga la pena la deslocalización. Nuestro objetivo es que nuestras plantas sean tan productivas que nos permitan seguir fabricando coches en Europa occidental.'
Bern Gottschalk, el presidente de la industria del automóvil alemana, señala en cuanto al reto asiático, 'lo hemos visto con los japoneses, lo estamos viendo con los coreanos y lo veremos con los chinos y los indios: se imponen objetivos muy ambiciosos y los consiguen. Nuestra receta consiste en innovar y aumentar la productividad. Pero la idea de que ofreciendo la mejor tecnología no deben preocuparnos los costes, resulta una gran imprudencia'.
Las ventas de coches japoneses y coreanos han crecido un 35% en lo que va de año en Alemania, y se han convertido en la nueva amenaza.
El objetivo se centra en ser los mejores
El jefe del consejo de vigilancia de Siemens, Heinrich von Pierer, uno de los ejecutivos alemanes mas conocidos y asesor de Angela Merkel declaraba que 'este país (Alemania) no puede competir en costes con países como Polonia o China. Debemos ser mejores. Necesitamos ideas e innovar. Nuestro reto es Asia. Cada año 400.000 ingenieros salen de las universidades chinas. No podemos ser los mejores del mundo en todo. Pero hay unos cuantos sectores en los que debemos consolidar nuestro liderazgo mundial.' Alemania exporta más que nunca. El año pasado arrojó un superávit de 155.600 millones de euros (19,8% más). En el primer semestre de 2005, registró el mayor excedente comercial de su historia. 'No hay ninguna razón para dramatizar; la situación estructural de la economía alemana es mucho mejor de lo que se propaga', afirman.