'La palabra es la única arma para luchar contra el horror'
'Historia del Rey Transparente', la novela más ambiciosa de Rosa Montero
Tiene la sensación de que ha estado toda su vida preparándose para escribir este libro. Porque para Rosa Montero (Madrid, 1951) Historia del Rey Transparente es lo más cercano a esos libros que fueron esenciales para ella, que le enseñaron el mundo.
Unos campesinos arando, sin animales, empujando como bestias de tiro, y en el campo vecino, varios centenares de hombres de hierro dándose mandobles y amputándose los brazos. Esa primera imagen le hizo sentir la novela. Ha tardado en escribirla ocho años. 'Ha sido, con diferencia, la más complicada y más ambiciosa de todas las que he escrito', confiesa.
Historia del Rey Transparente, publicada en Alfaguara, es un apasionante viaje a la Edad Media en compañía de Leola, una joven campesina que se disfraza de guerrero para sobrevivir. Una novela de aventuras que transcurre en un siglo trepidante y lleno de cambios.
'Mi teoría es que lo que hoy consideramos Renacimiento no es más que los restos del naufragio de aquella verdadera explosión de modernidad y protodemocracia que sucedió en el siglo XII y que duró ciento y pico años; es decir, hubo varias generaciones que vivieron en esa luz'. Se repartieron cartas de libertad a los burgos, dando lugar a las primeras ciudades modernas, que empezaron a ser gobernadas por cargos electos democráticamente; la mujer adquirió una importancia inusitada; la lectura y la escritura salieron de los monasterios; comenzaron las nociones de la racionalidad moderna, del individualismo, del derecho a la felicidad, detalla la autora de La loca de la casa.
Esa explosión de modernidad tuvo lugar en un marco religioso. 'En aquella época el ateísmo no existía. No se concebía un mundo sin Dios', observa. El grupo de cristianos que protagonizaron esos cambios fueron los cátaros. Historia del Rey Transparente refleja la fascinación de Rosa Montero por estos cristianos que rechazaban el diezmo eclesial, pensaban que había que trabajar para mantenerse -'eran como los curas obreros de ahora', anota-, valoraban a la mujer, acercaron las Sagradas Escrituras al pueblo y sostenían que el infierno no era más que un invento de la Iglesia para aterrorizar a los fieles. 'Me topé con los cátaros cuando estaba estudiando. Me di cuenta de que los protagonistas religiosos de ese espasmo de progreso era un grupo de cristianos muy racionales para la época, muy tolerantes y muy dulces'.
Cierta literatura actual ha añadido a la historia de los cátaros tramas esotéricas y misterios que la escritora no comparte. 'No he leído este tipo de libros, pero por lo publicado en artículos y reseñas estas teorías no se mantienen con ninguna historiografía seria. Son cuentos chinos'.
Y tras ese ensueño de progreso, la represión. Mientras escribía, Rosa Montero ha sentido que muchos siglos después sigue la lucha entre la luz y las tinieblas. 'Creo que estamos en un momento muy parecido. Estamos en uno de esos saltos de progreso combatido por las fuerzas de la regresión, de la intolerancia, del fanatismo, del ultramontanismo, de la tiranía'.
Fábula
En la novela, los protagonistas no pierden la esperanza en el triunfo de la palabra. 'Es una de mis obsesiones. Cómo no va a serlo en una novelista', subraya. Y añade 'es la única arma que tenemos los humanos para luchar contra el caos y el horror'.
La palabra salva, pero también condena, advierte Rosa Montero. Está apuntado en la novela: las hachas de los verdugos no cortarían y las hogueras de los inquisidores no quemarían si antes no hubiera palabras malas, venenosas, mentirosas. 'Los que matan siempre crean grandes construcciones de palabras mentirosas, crean mitos, explicaciones del mundo que son completamente falsas. Todos los horrores violentos del mundo están soportados por una mentira', asegura la escritora.
Y esta es la fábula que se cuenta al final de Historia del Rey Transparente. La que enseña que 'lo que hace de nuestra vida un infierno es la dejación de la palabra en manos de los mentirosos y la perversión de la palabra es mentir'.
Encantada y asustada con la acogida del libro
Leola es plebeya, mujer, sabe leer y escribir, nació sierva, es libre y ha visto y hecho cosas maravillosas. Se ve obligada a vestir de hierro y a guerrear -'era común en la época que las mujeres se disfrazaran de hombres', comenta la escritora-. En su aventura, le ayudará Nyneve, quien se presenta como una bruja que ha conocido a Merlín -los ingredientes fantásticos salpican el fondo histórico-.La novela es rica en personajes femeninos. Leola será armada caballero por la Duquesa Dhuoda, la Dama Blanca que se convertirá en Dama Negra y que introduce a la protagonista en la corte de Leonor de Aquitania. Que nadie crea que es un libro pensado para mujeres, advierte Rosa Montero. A la escritora le molesta la idea sólo porque autora y protagonista son mujeres, pues cuando un hombre escribe una novela con protagonista masculino, la gente cree que es un libro sobre el género humano. 'Ya va siendo hora de que los hombres se reconozcan en las protagonistas femeninas', apunta la escritora.La novela ha sido vendida a otros países. La recepción que está teniendo le encanta y, a la vez, asusta. 'Los novelistas necesitamos que nos lean, somos tremendamente vanidosos, débiles y, sobre todo, menesterosos de la mirada ajena. Estoy encantada con la recepción, pero por otro lado tengo miedo de creérmelo'.Disfruta este momento con tranquilidad, mientras continúa con sus colaboraciones en El País, porque la autora defiende que no es bueno vivir de la narrativa. 'Uno de los grandes errores que puede cometer un escritor es vivir de las novelas. Yo vivo del periodismo; de la narrativa, nunca'.Mientras terminaba Historia del Rey Transparente, se le ocurrió la siguiente novela. No sabe mucho de ella, salvo que será una novela contemporánea, sobre un taxista, sucede toda de noche y también tendrá ingredientes fantásticos.'Quiero seguir escribiendo, no se vivir sin escribir', concluye.