Empresas con lazos con la Casa Blanca ganan contratos para el Golfo de México
Compañías con lazos con la Casa Blanca han ganado algunos de los primeros contratos públicos de ayuda y reconstrucción a la zona afectada por el huracán Katrina. Contratos concedidos sin licitación por la situación de emergencia han ido a parar a empresas como Kellogg Brown and Root, una filial de Halliburton, The Shaw Group y Bechtel.
Halliburton, la empresa que presidía Dick Cheney antes de convertirse en el actual vicepresidente, tiene desde febrero en su nómina de lobbistas para la filial Kellogg a Joe Allbaugh, ex gestor de campaña de George Bush y ex presidente del Fema (protección civil). Allbaugh fue sustituido por su amigo Michael Brown al frente de esta agencia estatal.
Halliburton, que ganó también sin concurso público contratos en Irak, sigue abonando pagos retrasados a Cheney. Algunas de las elevadas facturas que esta empresa ha pasado al Gobierno por su trabajo en Irak han sido y son estudiadas por el Congreso.
Shaw Group, que también contrató a Allbaugh como lobbista, ya ha recibido un contrato de 100 millones de dólares por parte de Fema y otro más por la misma cantidad el pasado viernes por parte del cuerpo de ingenieros del ejército.
Bechtel, que consiguió contratos sin concurso en Irak, ha sido seleccionada por Fema para dar acogida temporal a los refugiados de las zonas afectadas. Su consejero delegado fue elegido por Bush para formar parte de un consejo consultor en materias de exportación.
La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió el domingo que se forme una comisión antifraude para vigilar los contratos 'y asegurar que el dinero de los contribuyentes se gasta de forma efectiva'. Pelosi lamentaba las adjudicaciones a empresas a las que acusa de practicar una 'corrupción fuera que no podemos tolerar tampoco en nuestra casa'. Esta demócrata recordaba además que Bush ha permitido que en las obras financiadas con dinero federal en la zona no se tenga que pagar a los trabajadores el salario mínimo.
De momento, Washington ha aprobado unos 60.000 millones de ayuda y reconstrucción pero en el Congreso se especula con que la cuenta llegue a los 200.000 millones de dólares.