Rafael Amargo y la Fura exhiben el Quijote del futuro
Break Dance, hollygans, videojuegos, Japón y flamenco. Esos son sólo algunos de los ingredientes de la libérrima revisión del Quijote firmada por el bailarín Rafael Amargo y la compañía catalana de 'teatro total' La Fura dels Baus, para conmemorar el cuarto centenario de la publicación de la primera parte del clásico. D. Q. Pasajero en Tránsito, que es como se llama la adaptación, se representará en el teatro Gran Vía de Madrid hasta el próximo 23 de octubre y después viajará a Barcelona, Tokio, Londres y París, entre otras capitales. La producción ha costado casi un millón de euros, convirtiéndose en la más cara de la historia de la danza española.
'Es el nuevo Gades', decía ayer, durante la presentación del montaje, Cärlos Padrissa, director artístico de La Fura. 'Huy, por Dios, qué vergüenza, no digas eso', le contestaba Rafael Amargo a la comparación con el genio que revolucionó el flamenco el siglo pasado. Lo que está claro es que el grupo de teatro catalán, que en prensa aparece siempre acompañado de adjetivos como 'transgresor', y el bailaor granaíno han congeniado bien. 'Al segundo de conocernos hablamos de boda. El casamiento se convino rápido', explicaba el bailarín.
Porque ambos coinciden en el valor de la innovación: 'Hay que renovar y, si no, por lo menos hay que intentarlo', explicaba Padrissa. 'Estamos equivocándonos a ver si acertamos', bromeaba Amargo.
Precisamente, su visión del Quijote no es convencional. Incluso tiene un punto extravagante: dos otaku japoneses (aficionados al manga y los videojuegos, que dejan de comer y dormir por estar frente al ordenador) descubren las novelas de caballerías buceando en internet. Fascinados por la figura quijotesca, deciden crear un videojuego donde las pantallas giren en torno a capítulos del clásico. Con sustanciales modificaciones: los malandrines y entuertos a los que se enfrenta el Quijote en el espectáculo son el fanatismo en el fútbol o la piratería.
El hilo conductor entre danza y dramaturgia son los montajes audiovisuales de Juan Estelrich, colaborador habitual de La Fura. Han sido rodados en alta definición porque el año que viene Amargo piensa volver al cine, después de colaborar con Vicente Aranda. D. Q. Pasajero en tránsito tendrá su versión en cine como Fausto 5.0.