Noraction vende Marie Claire al equipo directivo al mes de comprarla a Dinamia
Noraction, filial del grupo vasco Norgestión, cerró ayer la venta del 67% de Marie Claire a los directivos de la empresa textil apenas un mes después de haber comprado esta participación a los fondos Dinamia, Bridgepoint y Espiga.
El acuerdo de compra inicial incluía una cláusula por la cual el equipo directivo tenía derecho a hacerse con la compañía si lograba un acuerdo con los acreedores -BBVA y Banco de Valencia- para refinanciar la deuda de tres millones de euros que había contraído la compañía durante la gestión de las empresas de capital riesgo para sacar adelante su plan de relanzamiento.
El plazo acababa hoy y ayer mismo se cerró el acuerdo en el que ha mediado el Instituto Valenciano de Finanzas, organismo dependiente de la Generalitat valenciana. Además, el grupo directivo que encabezan Silvestre González, Alberto Planell y Vicente Tejedo, han conseguido tres millones de financiación adicional para relanzar la compañía.
Dinamia, Bridgepoint y Espiga dejaron Marie Claire después de un largo periodo de enfrentamiento con los socios fundadores, la familia de Celestino Aznar, que controla el 33% de la empresa a través de Calpe Investment. La falta de entendimiento entre las dos partes -con campañas de desprestigio incluidas- llevó a las firmas de capital riesgo a vender la empresa con minusvalías (Dinamia, que tenía el 25% de la empresa comunicó a la CNMV 5,2 millones de pérdidas en la operación).
El papel de Noraction, a través de su participada Sorfinsa, ha sido la de hacer de puente entre el capital riesgo y los directivos de la empresa, permitiendo a Dinamia una salida de la empresa anticipada. Luis Lizarraga, consejero delegado de Norgestión, mostró su satisfacción por haber sido catalizadores y facilitadores de una solución a la situación accionarial y financiera delicada que atravesaba Marie Claire.
De los tres directivos, destaca el hecho de que Silvestre González es yerno de Celestino Aznar, aunque distintas fuentes apuntan que sus relaciones no son buenas y que el acuerdo no supone una paz social definitiva.