Las autoridades de Nueva Orleans desalojarán por la fuerza a todos los damnificados
Las autoridades de Nueva Orleans han anunciado que van a proceder al desalojo forzoso de todas las personas que aún permanecen en las zonas de la ciudad inundadas tras el paso del ciclón Katrina. Además, se están detectando graves riesgos para la salud a raíz de la contaminación de las aguas estancadas: ya ha habido cinco muertos por cólera.
La situación es tan tensa, que el martes por la noche el alcalde, Ray Nagin, instó a las fuerzas del orden a aplicar activamente la evacuación obligatoria de todos los residentes de Nueva Orleans, ante la resistencia de muchas de ellas a salir. Los agentes, que llevaban tiempo rogando a todos que se marchen, ahora deben "obligar la evacuación de todas las personas no autorizadas, aunque estén en fincas particulares o no quieran marcharse", decretó.
El alcalde, quien ha dicho que los muertos sólo en esa ciudad podría ser hasta 10.000, señaló que tras el huracán que arrasó los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama hace 10 días, el peligro mayor ahora es para la salud. "Hay toxinas en el agua, hay filtraciones de gas, puede haber explosiones", señaló en momentos en que los bomberos luchaban contra al menos cuatro incendios. Nagin añadió que si las aguas contaminadas y el petróleo se mezclan con los gases en llamas "que Dios nos bendiga".
El superintendente de policía, Edwin Compass, dijo: "Haremos todo lo que sea necesario para que la ciudad sea segura. Estas personas tienen que entender que están corriendo peligro". En algunas zonas, embarcaciones de los equipos de rescate llegaron el martes hasta casas inundadas y trataron de sacar de ellas a sus moradores ofreciéndoles alimentos.
Peligro de enfermedades
"El tiempo que ha pasado y la falta de alimentos está debilitando su resolución de quedarse. Estamos utilizando el alimento para lograr sacarlos", dijo un bombero a los periodistas. El peligro de enfermedades causadas por la contaminación del que las autoridades venían advirtiendo durante los últimos dos días se hizo realidad el martes cuando cinco personas murieron de cólera, según informó la cadena de televisión CNN.
La noticia de esos fallecimientos se conoció después de que las autoridades de salud advirtiesen del peligro de brotes epidémicos en la ciudad, donde las aguas han comenzado a descender. "No existe servicios sanitarios. No hay agua ni alcantarillados", dijo Michael Osterholm, director del Centro de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.
"Hay gente congregada en zonas donde los agentes infecciosos son un riesgo muy alto. El potencial de brotes epidémicos es real", añadió. El peligro mayor, además de las enfermedades gastrointestinales, lo representa la posibilidad de que se declare un brote de hepatitis A generado por la presencia de bacterias en las aguas putrefactas, dijeron las autoridades sanitarias.
Entre tanto, ha comenzado a cobrar fuerza la tormenta política causada por lo que se ha calificado como la tardía respuesta del Gobierno del presidente George W. Bush ante la magnitud del desastre. Bush se reunió en la noche del martes con líderes de la Cámara de Representantes para analizar la situación en un encuentro "altamente tensa", según informó CNN.