Trichet rebaja sus previsiones de crecimiento para Europa
La escalada del petróleo ha llevado al Banco Central Europeo a reducir sus previsiones de crecimiento y aumentar las de inflación para la zona euro. Mientras los tipos de interés siguen al 2%, el PIB crecería este año sólo un 1,3% y la inflación alcanzaría el 2,2%.
Tal como se esperaba, el Banco Central Europeo dejó ayer intactos los tipos de interés de referencia en Europa en el 2%, donde llevan desde junio de 2003. Sin embargo, la reunión de ayer de su Consejo de Gobierno trajo novedades por otros derroteros: la incontenible escalada del petróleo, que ronda ya los 70 dólares por barril, afectará tanto al crecimiento como a los precios.
Así, la entidad presidida por Jean-Claude Trichet modificó ayer sus previsiones de junio sobre ambas macromagnitudes: el producto interior bruto de la zona euro crecerá este año un 1,3%, en vez del 1,4% pronosticado anteriormente, y algo parecido ocurrirá el año que viene: 1,8%, dos décimas menos que la prognosis de junio. En cuanto a la inflación, el BCE reconoce que este año alcanzará un 2,2%, por encima del objetivo de 'estabilidad de precios', el 2%, que era la apuesta hasta junio. Igualmente, los precios subirían en 2006 un 1,9%, y no un 1,5%.
En la rueda de prensa posterior al Consejo, Trichet reconoció que los precios del petróleo 'se han incrementado más de lo que parecía probable meses atrás', por lo que garantizó que el BCE se mantendrá vigilante respecto a las tensiones inflacionistas que pueda provocar. Respecto al crecimiento, Trichet afirmó que los indicadores más recientes sugieren que la economía puede mejorar en la segunda parte de 2005, 'aunque los altos precios del crudo siguen pesando en la demanda y la confianza'. Deben pesar bastante: la nueva previsión de crecimiento se limita al 1,3%, mientras que Estados Unidos crece en el entorno del 4%.
La economía europea sigue dando signos de debilidad: ayer Portugal anunció un déficit del 6% este año.
Francia bajará impuestos en 2006
La segunda mayor economía de la zona euro, Francia, prepara una reforma del impuesto sobre la renta para el año que viene, que costará a sus arcas públicas 3.500 millones de euros en la declaración de 2007. El motivo económico del recorte es inyectar renta en el sector privado, para que el renqueante consumo (lastrado por una tasa de paro del 10%) pase a tirar de una economía que crecerá este año sólo un 1,5%. Además hay un motivo político difícil de disimular: en 2007 habrá elecciones a la presidencia de la República.El gobierno de centro derecha anunció que el número de tramos bajará de siete a cuatro, y el tipo máximo, hoy en el 48%, también se reducirá. Villepin aseguró que la reforma supondrá un recorte impositivo para todos los contribuyentes, pero beneficiará en particular a las clases medias.Como ejemplo, explicó que un soltero que ingrese 30.000 euros anuales pagará un 15% menos. Sin detallar los futuros cuatro tramos, Villepin recalcó que 'el impuesto actual es complejo e injusto, e impone una fiscalidad de las más elevadas del mundo que desincentiva el trabajo'.