Rescates, una acción social con factura
Distintos cuerpos de salvamento cobran tasas en mar y montaña
Verano es tiempo de romper con la rutina, pero también de exposición a riesgos en la montaña, pantanos, ríos, en el mar... Miles de senderistas, buceadores, bañistas o simples domingueros pisan terrenos poco familiares y la inexperiencia hace que se multipliquen el número de emergencias, atendidas por bomberos, fuerzas del orden, personal sanitario e incluso por empresas dedicadas a los rescates (especialmente en playas y estaciones de montaña). En el mejor de los casos, la integridad física quedará intacta, pero no siempre sucede lo mismo con el bolsillo.
La mayoría de los grandes ayuntamientos españoles cuentan con ordenanzas que han instaurado tasas por servicios de socorro. Entre los hechos imponibles figuran los incendios, el salvamento de personas, rescate de animales, la limpieza de la calzada por el derrame de combustibles, saneamiento de fachadas y el achique de agua en inundaciones. La regulación exime del pago por el auxilio a quienes se ven afectados por fenómenos naturales o catástrofes.
Consistorios como los de Palma de Mallorca, Alicante, Toledo, Badajoz u Oviedo, cobran más de 200 euros por cada hora de trabajo de un pequeño grupo de cuatro bomberos, comandados por un sargento, y una autobomba. La cuenta sube conforme son necesarios más efectivos -incluidos los materiales- u horas de trabajo. Otras tasas comunes en todo el país acompañan, en forma de factura, la apertura de puertas bloqueadas (70,9 euros) o la desconexión de alarmas (63,7 euros).
Los auxilios realizados por la Cruz Roja, Policía o Guardia Civil son gratuitos
Las Fuerzas del Estado participaron el año pasado en 18.600 rescates en los que se veía amenazada la integridad de personas. Esta cifra supuso un 34,8% más que en 2003 y la atención a 49.168 ciudadanos. En ningún caso el Estado cobra a los afectados por entenderse que su actuación entraña un servicio público. La Cruz Roja tampoco pasa minuta por sus actuaciones, a cambio de las cuales recibe una contribución anual de la Administración.
El pago depende, por tanto, de quién sea el salvador. De hecho, distintas federaciones de deporte de montaña han negociado con sus gobiernos autonómicos para que no impongan facturas a los montañeros cuando son evacuados o atendidos en plena actividad.
'Las licencias federativas incluyen seguros que se hacen cargo de los gastos derivados de los accidentes, sólo en el caso de que se demuestre una clara imprudencia sería el afectado quien afrontaría el precio del rescate, pero aún no se ha dado esa situación', explica un portavoz de la Federación Española de Deporte de Montaña y Escalada. Desde el punto de vista de este organismo, las tasas se instauraron para poner coto a los comportamientos imprudentes.
En la playa proliferan los casos de surfistas en apuros, incidentes con las medusas e incluso pequeñas embarcaciones incapaces de volver a puerto. Iñaki Elustondo, especialista en socorrismo que ha recorrido las playas de medio mundo, habla de la escasa profesionalidad de numerosos vigilantes y advierte de la evolución del funcionario o del puesto de voluntarios hacia la empresa privada. 'El paso será positivo siempre y cuando la labor de esas contratas sea auditada periódicamente por la Administración', dice Elustondo.
El salvamento en las playas está libre de cargos económicos, lo que incide, a juicio de Elustondo, en actitudes arriesgadas por parte de numerosos bañistas. 'Mientras hay vidas en juego no se cobra nada por el auxilio, pero sí en el caso del rescate de cualquier tipo de embarcación una vez evacuadas las personas', aclara este especialista.
Igual política mantiene Salvamento Marítimo, organismo dependiente del Ministerio de Fomento y con 21 centros en el litoral español, que coordinó el año pasado el rescate o búsqueda de 14.056 personas (un 13% más que en 2003) en 3.991 operaciones. En total fueron 2.729 buques los que precisaron ayuda y en un alto porcentaje de las emergencias subyacía la inexperiencia o la negligencia: el 56% de los barcos socorridos en todo el año fueron embarcaciones de recreo.
Seguros a medida del veraneante
Seguros ajustados a alpinistas federados, submarinistas, amantes de la vela e incluso para viajeros con intención de visitar países exóticos. Cada año crece el interés de las entidades aseguradoras por el nicho de clientes que aman la aventura, como es el caso de Sabadell Aseguradora.La entidad catalana mantiene acuerdos con numerosas federaciones de deportes que implican alto grado de riesgo e incluso tiene un departamento especializado en el trato con este tipo de organismos.Mapfre, por su parte, presenta en oficinas y página web la póliza para viajes como uno de los productos estrella del verano. æpermil;sta llega a cubrir la pérdida de maletas, retrasos por overbooking o cualquier tipo de accidente durante el periodo vacacional.Winterthur incluye en su gama de seguros la cobertura para embarcaciones de recreo, mediante la que respalda a los propietario frente a los distintos riesgos para su integridad, el remolcaje o salvamento del barco en caso de siniestro o avería (dos entidades como Allianz y Zurich también cuentan con este tipo de seguros en su cartera).La oferta de Winterthur se extiende a los buceadores no profesionales, facilitándoles cobertura mundial (póliza Winsub); a los ciclistas, quienes tienen a su alcance dos seguros de 45 y 65 euros anuales, y a cazadores (40 euros por la póliza especializada). Por su parte, Zurich también protege a los pescadores.Las aseguradoras suelen correr con los gastos del rescate de sus clientes en caso de que precisen socorro e incluso con tratamientos tan delicados como es el de la cámara hiperbárica para buceadores que han sufrido un accidente de descompresión.
La tasa catalana
La Generalitat de Cataluña lanzó el primer día de julio una tasa sobre rescates en zonas de difícil acceso en el caso de imprudencias. Todavía no ha sido cobrada a ningún individuo, aunque sí a una entidad organizadora de un evento deportivo.Santi Parés, coordinador de Emergencias de la Generalitat, explica que 'la gente tiene cada vez más fácil el acceso a la montaña, pero, proporcionalmente, no ha crecido la conciencia del riesgo y esa es la finalidad de este impuesto'. El ritmo de salvamentos este año es 'el habitual', según Parés.La Federación de Excursionistas de Cataluña logró que la tasa, que en principio solo estaba destinada a la montaña, se extendiera a todo tipo de zonas de riesgo. Sin embargo, reivindica que esta medida no afecte a deportistas federados, pues ya cuentan con un seguro propio.Para Parés, la solución es que el seguro cubra los rescates en Cataluña, además del resto del mundo, y prevé que la tasa 'promoverá el aumento de federados'.