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Los Ángeles combatirá los atascos con una autopista sólo para autobuses

Los Ángeles es la pesadilla de todo conductor. Más de siete autopistas atraviesan esta macrociudad conocida por sufrir los peores atascos de EE UU y en la que el coche es prácticamente imprescindible para todo. El Instituto de Transporte de Tejas estima que los ciudadanos que se desplazan cada día por la región de Los Ángeles pasan en atascos una media de 93 horas al año. En 2003, los embotellamientos de la ciudad supusieron dilapidar 10.700 millones de dólares en combustible y horas de trabajo perdidas, según el mismo instituto.

Para mejorar el caos circulatorio, la Autoridad de Transporte Metropolitano de Los Ángeles (MTA, en inglés) ha decidido construir una 'autopista' sólo para autobuses. Esta carretera recorrerá el valle de San Fernando, uno de los suburbios de la ciudad, hasta el norte de Hollywood, y hará un recorrido similar al de la autopista 101, la más congestionada de todo el país según datos de la Alianza de Usuarios de Autopistas de América. La inversión necesaria para los 22 kilómetros de la nueva vía será de 330 millones de dólares. Se prevé que el alcalde de Los Ángeles, el demócrata de origen mexicano Antonio Villaraigosa, dedique hasta 5.000 millones de dólares en diversos proyectos de transporte público.

La MTA espera que 22.000 personas utilicen diariamente esta ruta, llamada Orange Line por el color naranja de sus autobuses. Según José Ubaldo, portavoz de la MTA, el recorrido de la nueva autopista se podrá hacer en unos 40 minutos. 'Dependiendo del atasco, el mismo trayecto en coche puede suponer hasta 50 minutos más', explica Ubaldo a este periódico. La carretera, que se inaugurará en octubre, se está construyendo sobre una antigua línea ferroviaria.

En 2003, los embotellamientos supusieron dilapidar 10.700 millones de dólares en combustible y horas de trabajo perdidas por los conductores

Los 200 autobuses que recorrerán la Orange Line utilizarán gas natural, con lo que el beneficio para el a menudo irrespirable aire de Los Ángeles será aún mayor. La ciudad es famosa por su contaminación pero, como el resto de California, ha sido también pionera en combatirla. California exigió la instalación de catalizadores en los automóviles y la supresión del plomo de la gasolina mucho antes que lo hiciera el Gobierno federal. El Acta para el Aire Limpio que el Congreso estadounidense aprobó en 1970 aplicable a todo el país se basaba en buena parte en leyes californianas. Desde 1980, la población del sur de California ha aumentado un 60% y la circulación de vehículos prácticamente se ha doblado, pero el número de días en los que el nivel de ozono en el aire supera la normativa federal ha bajado de 186 a 88 al año.

El aire del Estado es hoy más limpio, pero los expertos insisten en que aún queda mucho por hacer. El principal problema es el incremento del tráfico marítimo en los dos grandes puertos de Los Ángeles. Un 40% de las importaciones estadounidenses que llegaron por mar a EE UU en 2004 entraron en el país a través de estos dos puertos. Los motores de los barcos y los miles de camiones que cada día cargan y descargan mercancía en la zona son responsables de que el sur de California siga siendo una de las tres regiones más contaminadas de EE UU.

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