'El 70% de los inmigrantes será cliente de las cajas'
Desde la confederación de las cajas, Moraleda ha liderado un proyecto para ofrecer a las entidades una plataforma para el envío de dinero al extranjero
La CECA puso en marcha a principios de año el proyecto Bravo Envío de Dinero para ofrecer a las cajas la posibilidad de contar con una plataforma independiente para el envío de remesas. A esta idea, gestada en la Comisión de Organización de Automatización y Servicios (COAS), cuyo responsable es Francisco Moraleda, se han adherido ya 32 de las 46 cajas que integran el sector. A finales de año, la plataforma espera contar con acuerdos con bancos de 12 países distintos y realizar 30.000 envíos de dinero, frente a los 5.500 que se alcanzaron en julio.
Todas las entidades financieras españolas buscan acercarse al público inmigrante. ¿Quién cree que ganará la carrera?
Las cajas queremos convertirnos en las entidades de referencia de este colectivo. Si la participación de las cajas en el mercado es del 50%, en el caso de los inmigrantes esa cuota será mayor. Por sus características, la gran mayoría acabará contratando nuestros productos y en un tiempo el 70% serán clientes nuestros.
¿La presencia internacional de algunos bancos es una ventaja a la hora de atraer a los inmigrantes?
El grado de bancarización en origen es muy bajo, lo que hace que no sea fundamental esa presencia en Latinoamérica. Lo fundamental es que la entidad tenga la confianza de quien envía el dinero. Además, el público al que se dirigen estos bancos en México o Argentina, por ejemplo, es muy diferente al que llega a España buscando un futuro mejor.
Un grupo de cajas participa ya en una empresa que, entre otros servicios al inmigrante, también ofrece la posibilidad de realizar giros. ¿Alguna de ellas también forma parte del proyecto Bravo?
Sí, varias de ellas. No son modelos incompatibles, sino complementarios. Esa empresa está más orientada a la primera fase del proceso de bancarización del inmigrante, por eso en el local también hay un locutorio. Lo curioso es que varias de estas cajas, cuando tienen que enviar remesas, lo hacen a través de nuestra plataforma, en lugar de la empresa en la que participan. El colectivo inmigrante comienza a ser tan importante y heterogéneo que hay cajas que adoptan estrategias combinadas para llegar a él. Caja Navarra, por ejemplo, participa en nuestro proyecto y a la vez tiene un acuerdo con Carrefour para realizar desde este establecimiento envíos de dinero.
¿Cree que los inmigrantes pueden ayudar a sostener el vigor de la demanda inmobiliaria?
El potencial de demanda de crédito hipotecario por inmigrantes es enorme. Ya hay 700.000 que tienen vivienda propia en España. Desde la Ceca hemos creado un modelo de riesgo específico para este grupo de población que automatiza la calificación crediticia. Así la caja responde con mayor rapidez a sus necesidades de financiación.
¿Qué ha supuesto la entrada de las cajas en este negocio?
Hemos fomentado la competitividad del sector, con la consecuente caída de tasas. En 2002, la comisión en origen era de 30 euros, mientras que ahora ronda los siete euros. Y lo que es más importante, la comisión que cobran las remesadoras por el tipo de cambio que era del 8-10%, la han bajado al 3%. Las cajas de ahorros aplican una comisión de tan sólo el 0,8%. Recientemente hemos firmado un acuerdo con Visa para canalizar los giros de dinero al saldo de una tarjeta de débito, de esta forma el receptor no tiene que desplazarse a una entidad financiera para recoger el dinero. Este método agiliza el proceso y lo hace más seguro.
¿La Ceca ha emprendido alguna otra acción para acercarse a los inmigrantes?
Hay tres formas de aproximación al inmigrante. Las remesas, los microcréditos y la obra social. Este colectivo ya es, después de los ancianos y los discapacitados, el sector de la población que recibe más ayudas desde la obra social de las cajas.