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Bolsa Española

Las tomas de beneficios frenan la sucesión de máximos del Ibex

La Bolsa española se sumó un día tarde -el jueves en lugar de el miércoles- a la corrección iniciada por los mercados internacionales, y eso ha mejorado el balance semanal.

La Bolsa española se sumó un día tarde -el jueves en lugar de el miércoles- a la corrección iniciada por los mercados internacionales, y eso ha mejorado el balance semanal. Un 0,69% ha caído el Ibex 35 y un 1,29% el Euro Stoxx 50. El viernes se publicó el esperado dato de empleo en Estados Unidos del mes de julio, y fue mejor de lo que esperaban los expertos, pero no suficiente, a la luz del cierre del mercado, para evitar las tomas de plusvalías. Decían los analistas que el aumento de los costes laborales puede ser un indicador de inflación futura. Un 0,29% perdió el Ibex en la última sesión de la semana, si bien se mantuvo sobre los 10.050 puntos.

Las tomas de beneficios, pues, están a la orden del día, después de que prácticamente todos los grandes índices internacionales se encuentren en los niveles más altos del año. Las buenas noticias en el plano económico y empresarial en los últimos días, empezando por los resultados de las compañías y terminando con el citado dato de empleo, y el alto volumen de negocio de la Bolsa son elementos que dan confianza a los inversores, sabedores éstos de que toda subida necesita un tiempo de digestión.

El fondo de mercado, insisten, es positivo. Y si bien es cierto que esta coletilla se lleva escuchando desde hace muchos meses, no lo es menos que las condiciones de mercado han mejorado. Siempre y cuando se deje aparte el precio del petróleo, una excepción que el mercado está haciendo estas semanas -sólo se acuerda del barril a la hora de tomar beneficios- pero que no tiene garantía de permanencia.

Por lo demás, la operativa bursátil está rotando hacia los valores de mayor capitalización. Un movimiento que obedece, en parte, a que en verano los intermediarios extranjeros tienen un mayor peso relativo, y éstos no se dedican al menudeo. Pero que también tiene que ver con el menor precio relativo de algunos de estos valores, que han presentado buenos resultados en el semestre.

China no tiene prisa

Después de 10 años con una paridad fija entre el yuan y el dólar, nada invita a pensar que las autoridades chinas vayan a apresurarse a la hora de proseguir con la revaluación iniciada semanas atrás. Por si fuera poco, el Banco del Pueblo de China recuerda periódicamente al mercado quién tiene la llave de los tipos de cambio. El viernes, por ejemplo, volvió a señalar que una nueva revaluación se producirá, si se produce, en el momento que crea conveniente. Después de una revalorización inicial del 2,1% el pasado mes, acompañada de una flexibilización del régimen cambiario, los analistas esperan más. El vicepresidente del Bundesbank Juergen Stark, de hecho, pidió un movimiento más agresivo. Pero China se apresura a enfriar estas expectativas, porque si los mercados empiezan a ver la posibilidad de una revaluación rápida -algo que ahora no esperan- la volatilidad en el mercado de divisas puede ser exacerbada.

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