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Banca

Santander cumple un año de fusión con Abbey

Semana de emociones para el Santander. El grupo presenta esta semana los resultados del primer semestre y lo hace justo un año después de sellar la fusión con Abbey, la operación más importante de su historia reciente. La compra del sexto banco británico, que colocó a la banca española como precursora y protagonista indiscutible del complicado proceso de fusiones transfronterizas en Europa, permitía, además, cumplir el anhelo europeo de Emilio Botín.

El Santander se posicionaba nada menos que en el mercado más grande y competitivo de Europa para medirse con entidades como HBOS, que amagó incluso con lanzar una contraopa, LLoyd,s TSB o Barclays. El banco español se convertía de golpe en un gigante europeo tanto en volumen de negocio, como en recursos de clientes y capitalización. Hoy es el noveno banco del mundo, el cuarto de Europa y el primero de la zona euro, además de haber provocado con la compra y la ampliación de capital necesaria para pagarla toda una transformación en el reparto del poder en el Ibex 35, amenazando el liderazgo de Telefónica, y desmarcándose definitivamente del BBVA, con el que no hace tanto competía en una especie de carrera por la capitalización en la que uno y otro se adelantaban circunstancialmente.

La casualidad ha querido, además, que el aniversario del Santander con Abbey, coincida con las fechas en las que el BBVA vive su via crucis particular por su OPA frustada sobre Banca Nazionale del Lavoro (BNL). Un fracaso que, según los analistas, puede abrir para el BBVA un periodo de incertidumbre que el mercado penaliza a medio y largo plazo, por mucho que a corto plazo el banco se consuele con los 520 millones que obtendrá de plusvalías si vende su parte en BNL al contraofertante, la aseguradora Unipol. Un revés del que puede sacar provecho el Santander.

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El banco ha batido expectativas respecto al recorte previsto de gastos

Pero lo cierto es que el grupo presidido por Emilio Botín tampoco lo tuvo fácil. Hace un año, la Bolsa recibió de dientes el anuncio de la operación y penalizó severamente a la compañía. Un año después, las acciones se han revalorizado un 28,6% desde los 7,79 euros a que cerraron el día del anuncio. El mercado ha terminado por convencerse de que la compra del Abbey crea valor para el accionista y hay un sentimiento generalizado de que los títulos tienen más recorrido. En lo que va de año, acumula una revalorización del 9,75%, muy ligeramente por debajo del Ibex, y los analistas creen que puede dar más de sí, no sólo en lo que queda de ejercicio, sino a más largo plazo, cuando las sinergias de la compra del banco británico y su contribuición a la cuenta de resultados sean más visibles.

La previsión de un beneficio atribuído para este año que superará los 5.000 millones de euros, anunciada por Emilio Botín en la junta de accionistas de junio, (una estimación que supera la esperada por el consenso del mercado), ha contribuido a este renovado optimismo.

La incógnita de si el grupo sería capaz de generar las sinergias prometidas, optimizar costes y dinamizar la red comercial de Abbey para generar más ventas es, por tanto, cada vez menos incógnita. Eso está permitiendo a la acción soltar el lastre británico. 'Al banco le ha costado demostrar que era una compra con sinergias, pero a día de hoy la operación está asimilada y los aspectos negativos se han diluído', comenta Mercedes Camacho, de Safei.

Lo cierto es que trasladar el modelo de negocio del Santander a un mercado tan complicado como el del Reino Unido, con un negocio hipotecario ya muy maduro, y realizar una operación tan compleja como comprar con acciones denominadas en euros en un mercado de libras generó una desconfianza que ha obligado a los responsables del grupo a realizar un considerable esfuerzo de explicación a los mercados para convencer de que se podría estar a la altura del desafío y de las circustancias.

Javier Bernat, analista de Caja Madrid, recuerda que 'las acciones del Santander han soportado una prima de riesgo muy alta por los recelos que generaba la adquisición. No estaba nada claro que el modelo pudiese funcionar, pese a la experiencia del grupo en otras integraciones. Además, en operaciones de este tipo, a corto plazo, el mercado siempre penaliza al comprador'. Sin embargo, 'ahora que las incertidumbres se despejan desaparece la penalización y quizá el castigo se convierta en premio a medio plazo', explica el analista.

Enrique Martín, de Analistas Financieros, considera que 'aunque el proyecto requiere aún maduración y parecía razonable la prudencia, la parte más dura está salvada y el trabajo se hace a un ritmo más que razonable'.

Lo cierto es que el Santander está caminando más deprisa de lo esperado en lo que se refiere a los ingresos previstos por la sinergia y a la reducción de costes. Ya el año pasado, a los pocos meses de gestionar el Abbey, el grupo duplicó la cifra prevista de ingresos por la integración (hasta 220 millones). Resulta también muy llamativo el recorte de plantilla. Frente a una estimación inicial de 3.000 empleos menos en tres años, el banco se las ha arreglado para ampliar la cifra hasta 4.000 y, además, hacerlo en un sólo ejercicio.

Todo ello, sumado al impacto positivo de las nuevas normas de contabilidad internacional, al progreso de las perspectivas en Latinoamérica y al clima de mejora general en las Bolsas, ha contribuido a que analistas y bancos de inversión hayan revisado al alza sus recomendaciones. En un informe reciente, JP Morgan se mostraba optimista sobre los resultados que el grupo presentará este miércoles y sobreponderaba el valor que, en opinión de este banco de inversión, cotiza con un descuento sobre el sector del 10%.

Los análisis que elaboran los expertos aseguran que el Santander se encamina hacia máximos, cerca de 11 euros (ayer cotizaba a 9,75), y ven más influencias positivas que negativas para la cotización a medio plazo, contando con que, como otros grandes del Ibex, tiene más frutos que recoger en Latinoamérica.

Racha alcista

En ese sentido, aunque la acción ya no está tan barata y el PER se sitúa ahora más en la media del resto de la banca europea, los analistas creen que sigue siendo un valor atractivo, aunque 'tras la última racha alcista, buena parte de lo que pudiera aportar Abbey ya está descontado por el mercado en la cotización actual', advierte Mercedes Camacho. Lo cierto es que desde abril, cuando las acciones rozaron los 9 euros, no parece que haya habido ningún elemento que haga pensar en un efecto de vuelta.

Como decía Botín ante los accionistas 'hoy corre sangre inglesa por las venas del Santander', y no hay duda de que esa integración ha permitido una completa transformación del grupo. 'No hay otro banco en Europa con un riesgo tan diversificado como el Santander y con una presencia tan importante en Europa y Latinoamérica, dos mercados complementarios. Esta doble vertiente es su ventaja frente a los competidores', asegura el analista de AFI.

Otras claves para el Inversor

ResultadosEl grupo presenta el día 27 los resultados del primer semestre, que permitirán conocer la contribución de Abbey al beneficio atribuido del grupo. æpermil;ste alcanzó los 1.185 millones de euros, de los que 153 millones correspondieron a Abbey (era la primera vez que consolidaba). Los analistas son optimistas y creen que se cumplirá sin problema el objetivo para el conjunto del año de llegar a los 5.000 millones de euros. La mejora de las perspectivas en Latinoamérica es una de las principales bazas.PlusvalíasEl Santander, accionista de referencia del grupo Auna, junto a Endesa y Unión Fenosa, puede obtener hasta 620 millones de plusvalías si el precio pagado finalmente por France Télécom por la compra de Amena supera los 13.000 millones. Las plusvalías realizadas el año pasado (las más importantes las procedentes de la venta del 0,46% de Vodafone, el 1% de Unión Fenosa y el 3,1% de Sacyr Vallhermoso) resultaron clave en el aumento del beneficio de 2004.AccionistasLa compra de Abbey permitió no sólo un salto en capitalización, sino también ampliar de golpe la base de accionistas en 1,6 millones, que sumados al millón con el que contaba ya el Santander, configuraba una base accionarial diversificada geográficamente de 2,6 millones, de los que la mayoría son accionistas individuales, con una inversión media por accionista de 760 acciones.CapitalizaciónEl enorme salto de capitalización tras la necesaria ampliación de capital (se emitieron 1.485,98 millones de nuevas acciones para pagar la compra) no es baladí en un momento de fuerte actividad de operaciones corporativas en las que, salvo excepciones, se paga en acciones y no en efectivo. Hoy cotizan 6.254 millones de acciones del Santander con un valor total de 62.668 millones. Como consecuencia de la ampliación, ha ganado peso en los principales índices bursátiles donde cotiza.

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