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Secretos de despacho

La sencillez de la bodeguera Falcó

Cuenta la bodeguera y aceitera Xandra Falcó que para trabajar en el sector al que ella se dedica sólo se requiere un teléfono portátil y un ordenador. Madrileña de 37 años, es la embajadora comercial de la nueva gama de vinos y aceites que salen de la denominación Pagos de Familia Marqués de Griñón. En concreto del vino de pago (un pago es una finca pequeña con olivar o viñedo) Summa Varietalis (el nombre del vino significa la suma de dos generaciones familiares y de tres tipos de uvas: syrah, cabernet sauvignon y petit verdot) y del aceite de oliva Capilla del Fraile.

Se dedica, desde hace dos años y medio, a esta aventura junto a dos de sus hermanos, a viajar por el mundo, en busca de distribuidores, realizando presentaciones y catas. La parte comercial le ha tocado a ella, que cuenta con la colaboración en temas de comunicación de su hermana Tamara, y de los temas financieros se ocupa su hermano Manolo. En la sombra, pero supervisando todo, está su padre, Carlos Falcó.

'Mi trabajo consiste en realizar visitas, en saber comunicar, en explicar la historia de los viñedos, por qué nos diferenciamos de otros, porque cada vino de pago tiene su personalidad', señala Falcó, que ha de estar permanentemente comunicada con la finca que el marqués de Griñón tiene en Malpica de Tajo (Toledo), y con la oficina que acaba de estrenar en Madrid. 'Mi vida profesional está ligada a las nuevas tecnologías, necesito tener un fax o el correo electrónico siempre cerca'.

'Mi padre el marqués de Griñón es una persona innovadora. Ahí está la clave de su éxito'

Hasta hace unos meses, Xandra Falcó vivía en Barcelona, ciudad en la que estaba destinado su marido, Jaime Carvajal, como responsable de la filial de banca privada del Banco Sabadell, cargo que abandonó a finales del año pasado. En la ciudad Condal no tenía despacho propio, trabajaba desde su propia casa. Ahora, ya en Madrid, necesitaba abrir una oficina y separar su vida privada del trabajo, aunque en su caso confiesa que es tarea difícil. 'Porque al final siempre acabas hablando de vino y de aceite. No se puede evitar', afirma esta ejecutiva.

Lo primero que ha instalado en su despacho, además de sus herramientas de trabajo, ha sido un fichero con todos los clientes y un armario con todas las variedades de vino que producen, además de un colección de copas denominadas riedl, 'las mejores porque ensalzan los aromas del vino y del aceite'. Xandra Falcó explica que tiene días de 12 horas de trabajo y que, en ocasiones, le resulta difícil compaginar su vida personal y laboral. Cuando está en Madrid, procura dedicarles las tardes a sus dos hijas, Isabela, de cinco años, y Camila, de dos. 'Tengo suerte porque al estar en una empresa familiar puedo tener más flexibilidad. Tengo todas las ventajas porque tengo libertad horaria, pero también tiene la desventaja de esa tirantez familiar más propia de la segunda generación', afirma.

Sin embargo, asegura que trabajar con su padre es todo un lujo porque siempre está encantado de recibir nuevas ideas. 'Con la incorporación de sus hijos a la empresa ha puesto la piedra para que la saga familiar continúe la labor emprendida', explica Falcó, que tiene sus dudas sobre si sabrán estar a la altura de las expectativas del progenitor. 'æpermil;l es una persona innovadora. Ahí está la clave de su éxito'.

Xandra Falcó asegura que no es excesivamente ordenada y si por algo se caracteriza es por ser una persona idealista. Estudió Marketing en ESIC y complementó sus estudios en París y Oxford. De esta experiencia asegura que aprendió a tener una visión internacional de los negocios. 'Es fundamental salir fuera y ver las cosas que se hacen fuera'. Nada más terminar los estudios montó una empresa de decoración, pero se casó y abandonó el trabajo. 'Ahora me siento feliz por estar trabajando. Me gusta lo que hago y me siento útil'.

Un saludable chorro de aceite

En su despacho ha colocado cuadros relacionados con el vino y el aceite y fotografías de la bodega y del viñedo, 'para que quien venga aquí vea lo que tenemos en la finca'. También destaca una enorme fotografía con lo que ella considera uno de los mejores alimentos, un saludable chorro de aceite de oliva.Las paredes de la oficina, situada en el elegante madrileño barrio de Salamanca, las ha pintado de un relajante color gris, y la tapicería de sillas y cortinas son de un tono vino. De la decoración se ha ocupado ella misma. 'Quería transmitir un estilo moderno e innovador, pero sin olvidar el negocio al que nos dedicamos y que tiene que ver con la austeridad del campo'.Entre sus aficiones se encuentra la pintura, la lectura y montar a caballo. A pesar de que siempre va de avión en avión y de feria en feria, a Xandra Falcó le relaja pasear por la finca de Malpica de Tajo, y ver que lo que están plantando tendrá en el futuro cierta continuidad.

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