El defraudador fiscal oculta una media de 63.000 euros
La lucha contra el fraude fiscal está poniendo en evidencia el alto grado de sofisticación que están alcanzando las tramas que urden los que deciden eludir sus responsabilidades con Hacienda, tramas que permiten un sensible aumento de las cantidades ocultadas al fisco sobre años anteriores. Los últimos datos oficiales hechos públicos ayer, extraídos de la Memoria de la Agencia Tributaria 2004, así lo ponen de manifiesto.
El fraude medio descubierto por Hacienda el pasado año se ha situado en 63.228 euros por contribuyente inspeccionado, una cifra nada despreciable y que supera los 54.326 euros de un año antes. Hacienda arguye que son los cambios que comenzaron a introducirse ya a finales de 2004 en los procedimientos de inspección, potenciando las grandes investigaciones frente a las meras comprobaciones de impuestos, los que han permitido incrementar el fraude medio descubierto en un 16%, en un sólo año.
El cambio de enfoque es evidente. Se ha inspeccionado en profundidad a menos contribuyentes (32.041), un 5% menos, pero, a cambio se ha concentrado el esfuerzo en grandes tramas. El resultado ha sido el levantamiento de 74.154 actas de inspección, con una deuda instruida de 3.199 millones de euros, un 8,8% más. De ese total, 2.026 millones corresponden a la cuota defraudada y, el resto, a la aplicación de sanciones e intereses de demora y recargos por lo no declarado.
La cuota media por delito fiscal se duplica, hasta los 934.000 euros
El fraude detectado se encuentra, sobre todo, en el impuesto de sociedades. De hecho, el 70% de los contribuyentes inspeccionados han sido sacados del censo de este tributo. Y ha dado sus frutos: el 52,9% de la deuda instruída por la inspección ha procedido del impuesto que grava los beneficios empresariales.
Otra buena parte, el 30,9% corresponde a deuda detectada por incumplimientos en el IVA, un tributo que 'trabajan' muy bien organizaciones criminales a escala europea. El fraude en este tributo se produce, bien por la posibilidad de deducirse el impuesto en un país comunitario y luego no declararlo en otro Estado, o bien, sencillamente por la expedición de facturas sin IVA.
La persecución del llamado delito fiscal (se produce por deudas al fisco superiores a 120.000 euros) es otro de los caballos de batalla. No obstante, este terreno deja mucho que desear. El número de expedientes instruídos ha caído un 17% el pasado año (1.278 frente a 1.548 de 2003), aunque bien es cierto que la cuota media por contribuyente se ha duplicado hasta los 934.000 euros.
La Agencia Tributaria tiene pendiente la próxima creación de un grupo de trabajo que analice la reforma de esta figura, que no está cosechando los resultados deseados desde hace años. De hecho, la experiencia ha demostrado que casi nadie va a la cárcel por un delito tributario y la mayoría de los expedientes acaban en los tribunales con multas de escasa cuantía en términos relativos, dado el delito cometido.
En los próximos meses la Agencia Tributaria se centrará en otro objetivo: la recuperación de deudas. De nada sirve instruir un buen número de expedientes si luego no se puede cobrar la cuota liquidada en ellos porque la tardanza en el proceso permite al contribuyente diluir su patrimonio antes de que Hacienda le exija el pago. Los resultados aquí ya se están produciendo. Hasta junio, Hacienda ha ingresado un 20% más, gracias a la aplicación de medidas cautelares como embargos preventivos.
Control especial sobre el sistema de módulos
Uno de los focos tradicionales de fraude es el régimen de módulos en IRPF e IVA, por el que tributan gran parte de los profesionales. En 2004. Hacienda levantó liquidaciones provisionales a 39.730 contribuyentes en módulos, por 47 millones de euros. El plan de prevención del fraude, aprobado hace cuatro meses, prevé medidas adicionales para potenciar esta línea de actuación como la aplicación de retenciones en las facturas que se expidan entre empresarios adscritos al régimen. El fraude se extiende por otras áreas, como aduanas, impuestos especiales y la gestión de tributos. En 2004 el fraude global detectado por Hacienda fue de 16.371 millones, un 18% más. Parte se debió a grandes operaciones de contrabando y antidroga como la de ayer, en la que un buque de la Agencia Tributaria apresó un pesquero con 2.500 kilos de cocaína.