Los pobres, un gran mercado
Ayudas para el desarrollo, subsidios, apoyos gubernamentales y soluciones locales sobre la base de ONG no han logrado resolver uno de los problemas mundiales que más angustia produce en el siglo XXI: el hambre, un mal que sufren al menos 4.000 de personas en todo el planeta. Pero 'de la creación conjunta de un mercado en torno a las necesidades de los pobres puede resultar el alivio de la pobreza', afirma C. K. Prahalad, en el prefacio de su último libro, La fortuna en la base de la pirámide, que acaba de ser publicado por Granica en español.
El autor -titular de la cátedra Harvey C. Fruehauf de administración de empresas y catedrático de Estrategia corporativa y negocios internacionales de la Escuela de administración de empresas de la Universidad de Michigan, y reconocido a nivel mundial por su trabajo como consultor empresarial- se refiere así a la necesidad de incluir a esta clase social en el mercado, tomando en cuenta a sus integrantes como consumidores activos e informados, con capacidad empresarial y poder de compra. Así, nacerán los mercados 'más grandes y de crecimiento más acelerado del mundo', escribe.
'Lo que se necesita es un mejor enfoque para ayudar a los pobres; un enfoque que supone asociarse con ellos para innovar y lograr escenarios ganadores en los que los más desfavorecidos estén activamente comprometidos y donde, al mismo tiempo, las empresas que les suministran productos y servicios sean rentables', escribe en su última obra, un libro lleno de frases esperanzadoras y optimistas de cara al futuro.
En la tesis de Prahalad, descrito por Business Week como uno de los más influyentes pensadores de la estrategia empresarial, este proceso debe comenzar por el respeto a los consumidores de la base de la pirámide como individuos. 'Se necesitan nuevos y creativos enfoques para transformar la pobreza en oportunidad para todos los interesados. Tal es el desafío', provoca el autor, desde uno de los primeros párrafos.
'La creación de autoestima e impulso empresarial en la base de la pirámide es probablemente la contribución más duradera que puede hacer el sector privado', asegura C. K. Prahalad.
El autor deja claro que su enfoque va más allá de la filantropía e incluso de la responsabilidad social corporativa. Afirma que las grandes empresas pueden aportar eficiencia y las ONG creatividad. Propone reconocer a los pobres como empresarios creativos; y sentencia que la base de la pirámide es una oportunidad para acelerar el proceso de cambio en la relación tradicional entre la empresa y el consumidor.