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CincoSentidos

Equipajes bajo sospecha de los agentes de aduanas

Hace unos meses, los agentes de la aduana del aeropuerto de Ho Chi Min (Vietnam) sospecharon de los extraños movimientos y ropajes de una mujer que regresaba a Australia. Tras una somera inspección, descubrieron que llevaba una veintena de bolsitas con agua atadas a su cuerpo. En cada una de ellas, sobrevivía a duras penas un pececillo de una especie protegida. Historias como esta, donde picaresca y delincuencia se dan la mano, son el día a día en las aduanas de todo el mundo.

Sólo en España, durante el pasado año, se incautaron 1.161 animales de especies protegidas. En su mayoría, reptiles (872) sobre todo tortugas y serpientes, lagartos y camaleones. Aves (234 incautadas) como loros y cotorras, y mamíferos (55) como los monos tampoco escaparon a los traficantes. El turista que no pretenda delinquir deberá tener cuidado, sobre todo, con objetos como collares y pulseras de coral, de carey o de pelo de elefante, ya que están hechos con especies protegidas y su tráfico también está prohibido. En 2004, se incautaron más de 1.600 objetos entre animales disecados (17) o de piel de serpiente y cocodrilo y más de 200 piezas de marfil, además de corales y carey. Traer a España mascotas y objetos exóticos supone cometer un delito que implica pagar multas de entre el 100% y el 300% del valor de la especie transportada o, en el peor de los casos, penas de cárcel de tres a seis años.

Objetos más inocentes como alcohol, ropa, tabaco o dinero también pueden dar un disgusto. Al regresar a España procedente de Nueva York ¿ha declarado ese bolso de 2.000 euros que compró en los famosos almacenes Macy's? Seguramente no. Sin embargo, tenía que haberlo hecho porque su valor supera el límite de 175 euros (franquicia) y deberá pagar su correspondiente arancel aduanero más el IVA. Según explica José María Sánchez, director general de Siars Ibérica, empresa especializada en transporte internacional y aduanas, 'lo que no se beneficia de franquicia debe pagar aranceles aduaneros y el IVA' siempre que se venga de un país de fuera de la Unión Europea. Ahora bien, como explica este experto, 'esto afecta a mercancías no usadas'. Si el turista demuestra que lo que trae en su maleta es para consumo propio y está usado no debe declarar nada. El problema surge cuando lo que se trae en la maleta puede considerarse una importación.

Para evitar problemas con los aparatos de vídeo y foto, conviene viajar con la factura que acredite la compra

Según explican desde la Agencia Tributaria, no existen cantidades fijas que digan qué es una importación porque es imposible fijar límites a los millones de productos que existen. Pero sí hay reglas de apreciación. Si una persona pasa una vez al mes por la aduana con dos maletas llenas de camisetas, quizá esté importando, por mucho que insista en afirmar que es para su consumo.

Los problemas para el turista pueden surgir con los aparatos tecnológicos y más si el lugar de procedencia o de tránsito es un territorio asiático. Al regresar a España, la policía puede pensar que la cámara con la que viaja se la ha comprado en un país de fuera de la UE y debe pagar aranceles. Para evitar esta situación, como así explica Sánchez, 'o se viaja con la factura de compra o antes de salir de España, se rellena el documento de exportación temporal que acredita que ese objeto no se importa a la vuelta de las vacaciones'. En la práctica, esto no lo hace casi nadie, pero resulta muy útil. Además evita que, por ejemplo, en la aduana china se quieran cobrar aranceles por un objeto de uso particular comprado en España. Pero, sin duda, el mejor consejo es el más evidente: controle en todo momento su maleta.

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