Un felino más ahorrador
Jaguar incorpora por primera vez mecánica de gasóleo en su tope de gama XJ
La firma británica Jaguar, hoy en manos del grupo Ford, ha entrado de lleno en la batalla diésel que tantos y tan buenos réditos está logrando en los diferentes mercados europeos, España incluida. Primero lo hizo con el X-Type, un modelo que en breve recibirá más potencia en este mismo apartado -nueva mecánica 2.2D de 155 CV con cambio manual de seis velocidades-. Después llegó el turno de la oferta intermedia, el S-Type. En este caso, Jaguar se decantó por un eficiente propulsor de 2,7 litros, seis cilindros en V y 207 CV -con 435 Nm de par máximo-, desarrollado por la propia Ford y el grupo galo PSA. Esta misma es la mecánica que acaba de aterrizar en el portaestandarte XJ, toda vez que reúne las características adecuadas de eficiencia y refinamiento.
Este motor destaca, ante todo, por una soberbia suavidad y un funcionamiento silencioso. Además, los responsables de ingeniería se han afanado en la adopción de abundante material fonoabsorbente para evitar que ruidos y vibraciones procedentes del vano motor delantero lleguen al suntuoso habitáculo (recubierto hasta el extremo de un finísimo tapizado de cuero y con un sinfín de apliques de madera trabajada de forma artesanal). Tanto es así que, una vez en marcha con el XJ 2.7D -sólo disponible en carrocería normal a partir de 69.900 euros- resulta realmente complicado discernir si el propulsor es de gasolina o de gasóleo. Se puede asegurar sin temor a equivocarse que es uno de los motores más silenciosos de su tipo, valorando que entre sus rivales figuran modelos de la talla del Mercedes S 320 CDI, el BMW 730d o el Audi A8 3.0 TDI.
El Mercedes S 320 CDI (71.100 euros y 204 CV) es algo más lento de reacciones, y además se encuentra a un paso de su relevo -llega este mismo otoño con 234 CV y una carrocería más ambiciosa-. Eso sí, por calidad y confort es soberbio. En una línea similar, el BMW 730d (69.000 euros) es buena alternativa con sus 218 CV, aunque su pesada estética y la complejidad de su puesto de conducción no han terminado de cuajar entre el público al que va dirigido.
Lavado de cara
Puede que su momento haya llegado ahora que ha recibido un ligero lavado de cara, que lo hace algo más convencional. Eso sí, en marcha es un punto más rumoroso que el XJ. El Audi A8 3.0 TDI (69.650 euros y 233 CV), es el más equiparable al XJ, pues a su marcado acento deportivo añade la seguridad que proporciona la tracción total y permanente a las cuatro ruedas, además de su carrocería de aluminio, como el XJ, que lo hace más liviano y menos gravoso en términos de carburante.
Salvo el Mercedes, todos cuentan con una caja automática de seis marchas de origen ZF, otro prodigio de suavidad y buen hacer -en el modelo de la estrella la transmisión automática es de cinco relaciones-. Otro apunte: sobre todos ellos, Jaguar asegura que el recién llegado implica un coste de mantenimiento inferior.
El XJ 2.7D logra un máximo de 220 km/h, una aceleración hasta 100 km/h inferior a nueve segundos y un consumo medio de 8,1 l/100 km. Puesto que lleva filtro de partículas CDPF, es uno de los más limpios en términos de emisiones (supera la norma EUU IV). También suma la última tecnología CATS en materia de suspensiones activas -varían de dureza y altura en función de la conducción, incluso en tiempo real-, y al estar encuadrado en el model year 2006 tiene Bluetooth, control de velocidad de crucero y control de presión de neumáticos.