Tempo de MontReaga 2003, un nuevo tinto conquense
Rafael Gismero es un empresario constructor de carreteras que hace cuatro años decidió meterse de lleno en el mundo del vino. Un proyecto que ha acometido con enorme ilusión y no pocos esfuerzos, y no sólo de índole económica, aunque la inversión realizada -que no desvela- sea cuantiosa.
MontReaga, una bodega de reciente construcción, está ubicada en la provincia de Cuenca, en un bello paraje entre Belmonte y Mota del Cuervo. A modo de chatêau francés, se encuentra rodeada de 83 hectáreas de viñedo de las variedades cabernet sauvignon, merlot, tempranillo y syrah, plantadas en 2001. Las instalaciones se levantaron según los criterios del enólogo, Juan Fuente (responsable hasta ese momento de la también conquense Bodegas Fontana y sus Fontal, Quercus y Dueto, vinos que rompieron esquemas en la zona), que optó por depósitos troncocónicos para largas maceraciones y barricas de roble francés para las crianzas.
El primero de sus vinos salió en octubre del año pasado, el Isola 2004, un tinto fresco y frutal de maceración carbónica elaborado con las variedades tempranillo y syrah. Ahora acaba de llegar al mercado su nueva apuesta, el Tempo 2003, un semicrianza (6 meses en barrica francesa de 300 litros, que garantiza una mejor evolución) resultado de un ensamblaje de merlot y cabernet sauvignon al 50%.
Comercializado con la contraetiqueta de Vino de la Tierra de Castilla-La Mancha, presenta una nariz no muy intensa, pero en la que destaca la fruta madura, los tonos tostados y especiados de la madera (cueros, cacao) y un deje balsámico que le aporta frescura. De cuerpo medio en boca, es fresco, equilibrado, con un tanino suave, amplio y un largo final, en el que vuelven a sobresalir los tonos frutales y de la barrica. Y un aspecto destacable: su muy buena relación calidad-precio (entre 6 y 7 euros).