Un país con una mala cultura del sueño
España duerme poco, duerme mal y, lo que resulta más grave a juicio de los expertos, parece enorgullecerse de ello. Mientras en el resto de Europa las luces se apagan religiosamente a la hora del descanso, los españoles han ajustado a lo largo de los últimos años su horario matinal al del resto de los europeos, pero continúan cenando y acostándose al menos dos horas más tarde que ellos.
æpermil;sta es una de las conclusiones que se pusieron de manifiesto ayer durante la presentación en Madrid del I Estudio Pikolin sobre Hábitos de Descanso. 'En España existen dos grupos de población que sufren carencias de sueño. Uno es el de los jóvenes de 17 a 30 años, que prescinden voluntariamente de dormir; el otro, el de los mayores de 40 que comienza a quejarse de insomnio'. Este retrato, realizado por la doctora Pilar Cartero, jefe de la unidad del sueño de la Mutua de Accidentes de Zaragoza y coordinadora del informe, se ve reflejado en los resultados del estudio. Así, el 49% de los españoles menores de 16 años confiesa dormir entre siete y nueve horas al día, mientras un 6,9% lo hace entre cinco y siete horas. El resto duerme, eso sí, más de nueve horas.
El informe revela que cuatro de cada diez adultos asegura dormir poco -menos de siete horas- y, además, dormir mal. Por dormir mal se entiende, según el estudio, desde despertarse alguna vez por la noche (27% de los encuestados) hasta despertarse muy a menudo (17%). Por comunidades autónomas, Cataluña, Madrid y Valencia son las regiones en las que menos se duerme. En el extremo opuesto, los habitantes de Extremadura, Castilla y León, Castilla la Mancha y Andalucía son quienes dedican más horas al descanso. En Andalucía, por ejemplo, un 44% de la población duerme entre siete y nueve horas. Casi tres de cada diez supera incluso esa cantidad.
Cuatro de cada diez encuestados asegura dormir menos de siete horas
'Las mujeres duermen menos que los hombres. Por una parte siguen ocupándose más directamente de los niños que ellos, por otro, existe una cultura que respeta el sueño diurno del hombre que trabaja por la noche y que no existe en el caso de la mujer en esa misma situación, que da menos importancia a dormir', advirtió Pilar Cartero.
En ese sentido, el estudio alerta sobre el perfil que dedica menos horas al sueño y tiene más problemas para dormir entre la población española: mujer de entre 17 a 37 años, residente en Madrid, Cataluña o la Comunidad Valenciana, con hijos y que no suele dormir la siesta. 'Las mujeres no prestan atención al descanso y olvidan que es fundamental para la salud', apuntó la especialista.
Otro grupo de riesgo en este sentido es el de jóvenes y adolescentes. 'Necesitamos una mayor cultura del sueño en España, es algo que debería enseñarse en las escuelas. Las aberraciones en cuanto al descanso que se realizan en la juventud tienen siempre consecuencias', advirtió.
Camas más estrechas que nuestros vecinos
La falta de respeto y de cultura hacia el sueño se inicia en la infancia, se consolida en la juventud y se comparte en pareja. El I Informe Pikolin sobre Hábitos de Descanso confirma que la medida de colchón más utilizada por las parejas españolas sigue siendo, al contrario de lo que sucede en otros países europeos, el clásico 1,35. 'Si dividimos ese ancho entre dos adultos nos da la medida de una cuna para cada uno de ellos', comentaba ayer en la presentación con cierto humor José María Mendizábal, director general de Pikolin. Pese a esta realidad, Mendizábal reconoció que cada vez son más las parejas que optan por un tamaño de colchón mayor. Así, uno de cada cinco adultos utiliza ya una cama de 1,50 de ancho.Pero no son sólo las parejas quienes insisten en dormir en camas estrechas y pequeñas. El descanso individual en España se decanta mayoritariamente por los colchones de 1,90 (36% de los encuestados), pero casi un 9% duerme todavía en camas de 1,80. 'æpermil;sa es una medida que no existe en ningún país europeo, no existe siquiera en un mercado como el de Marruecos, por ejemplo', explicó Mendizábal.El director general de Pikolin recordó que los expertos aconsejan que el colchón mida al menos 10 centímetros más que la persona para asegurar un descanso óptimo.