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Software

El supremo de EE UU dictamina que se puede responsabilizar del pirateo a las redes P2P

La corte suprema de Estados Unidos ha dictaminado hoy que las redes que permiten el intercambio de archivos en Internet pueden ser responsables de la copia sin permiso de música, películas y otros productos.

La justicia norteamericana ha desestimado un fallo de un tribunal de apelaciones y considera que las redes P2P como Emule, Grokster o BitTorrent, pueden ser procesadas por violar los derechos de autor, independientemente de que estas mismas redes se puedan utilizar además para intercambiar todo tipo de archivos, legales o ilegales.

"Consideramos que alguien que distribuye un producto con el objetivo de promover su uso para infringir el copyright puede ser responsabilizado de lo que hagan terceras partes con su productto", ha dicho el juez David Souter.

El dictamen es un claro triunfo para la industria musical así como para Hollywood. Este caso comenzó en octubre de 2001, cuando 28 compañías denunciaron a Streamcast Networks , responsable del software para las redes Grokster y Morpheus, por considerar que se estaba beneficiando a costa de las copias piratas que se distribuían a través de las redes de intercambio de archivos.

La decisión de hoy pone punto final a un caso que ha realizado un periplo por varios tribunales con resoluciones que, basándose en un proceso de 1984 por el caso del Betamax de Sony, no han favorecido a los demandantes. Entonces, el supremo dictaminó que, si bien había gente que utilizaba el video para fines ilegales, eran más los que lo hacían de forma legal.

A diferencia de lo ocurrido en 1984, la justicia de Estados Unidos considera esta vez que, más allá del uso que cada individuo haga de un determinado producto, los fabricantes de tecnología son los que tienen que responder cuando se viole la ley.

¿Parón tecnológico?

El sector discográfico y los productores de películas reclaman que necesitan protección legal ante las pérdidas millonarias que les originan este tipo de servicios. Los consumidores, por su parte, temen que la decisión judicial ponga en peligro la revolución tecnológica de las dos últimas décadas y que se tradujo en la salida al mercado de aparatos con el vídeo, los reproductores MP3 y las iPod de Apple.

Las compañías tendrían que pagar millones de dólares a los artistas si un tribunal dictamina que impulsan la bajada de archivos de internet de forma ilegal. La noticia se ha reflejado en la cotización de algunas compañías tecnológicas cotizadas en el mercado electrónico Nasdaq, como Apple, que perdía algo más del 1% tras el anuncio del Supremo.

Además, el Supremo también dictaminó hoy que las empresas de televisión por cable pueden impedir que sus competidores empleen sus redes para la distribución de servicios de Internet de banda ancha. Esta postura respalda la política del Gobierno de EE UU, que quiere asegurar a las empresas de cable el control exclusivo de sus redes para que éstas apuesten por invertir en el desarrollo del sector

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