El aluvión de 'babyboomers' trastoca el mercado de deuda
La demanda de bonos de los planes de pensiones presiona los tipos a la baja
Se acerca el momento de la jubilación para los babyboomers estadounidenses, la generación producto de la explosión demográfica entre la posguerra mundial y 1964. Los primeros de estos 76 millones de trabajadores comenzarán a jubilarse hacia 2011, pero las consecuencias ya han comenzado a notarse sobre todo en el mercado de deuda.
El rendimiento interno de la deuda pública a largo plazo, tanto en Estados Unidos como en Europa, ha mantenido una trayectoria cuando menos sorprendente. Los tipos de los bonos a 10 años han caído en los últimos meses hasta mínimos históricos -su precio ha subido hasta máximos-, debido a la fuerte demanda de deuda.
El descenso de los tipos es inesperado porque el escenario favorece lo contrario: la Reserva Federal de EE UU ha anunciado que seguirá subiendo los tipos a corto. En un escenario normal, los tipos a largo deberían subir en previsión de que en el futuro lo hagan los de menor plazo. Pero esto no ha sucedido hasta hace 15 días, cuando por fin el rendimiento comenzó a subir.
Y la culpa de este descenso a mínimos, aunque no toda, corresponde a los babyboomers. Los trabajadores que ahora tienen unos 60 años están rotando las carteras de sus planes de pensiones hacia los activos de menos riesgo, en este caso los bonos, con el objetivo, no ya de obtener rentabilidad para sus pensiones, sino de preservar el capital que ya tienen.
Un estudio de la firma de Boston Financial Research Corporation, recogido por Bloomberg, calcula que en los próximos 10 años los babyboomers rotarán dos billones de dólares (1,65 billones de euros) de sus carteras hacia activos que preserven el capital, con la consiguiente demanda de bonos.
Ahora bien, no hay que echar toda la culpa a los babyboomers. Los hedge funds por un lado y los bancos asiáticos por el otro están demandando bonos de EE UU con intensidad. Los hedge funds arbitran con los tipos a corto y a largo con la intención de arañar algo de rentabilidad a un mercado que se antoja plano y complicado. Entretanto, los bancos asiáticos compran bonos para elevar sus reservas en dólares y mantener sus divisas depreciadas para exportar en condiciones más competitivas. En definitiva, más demanda todavía.