Tony Blair endurece su posición en defensa del 'cheque británico'
El acuerdo sobre los futuros presupuestos de la UE parece más difícil tras la gira de ayer del primer ministro británico por varias capitales europeas. Los contactos bilaterales han servido a Tony Blair para endurecer la defensa del llamado cheque británico en vísperas de la cumbre comunitaria que se inicia mañana en Bruselas.
La conclusión de Blair tras su pequeña gira (Alemania, Luxemburgo, Francia) siembra negros presagios sobre el Consejo Europeo que se inicia mañana en Bruselas. 'Me parece difícil que las diferencias actuales sobre el presupuesto de la UE puedan superarse', advirtió el primer ministro británico tras su encuentro con el presidente Jacques Chirac. Un portavoz de Chirac se limitó a pedir 'un acuerdo razonable y equitativo'.
Blair aprovechó su rueda de prensa en la embajada británica en París para recordar que 'el cheque no es ningún privilegio concedido al Reino Unido sino un mecanismo de corrección para evitar que su aportación al presupuesto sea desproporcionada e injusta'. Londres sigue condicionando la negociación de la compensación anual que recibe (5.100 millones de euros este año) a una rebaja del capítulo agrícola, del que Francia se lleva unos 10.000 millones de euros.
Blair había comenzado la jornada reuniéndose con Jean-Claude Juncker, el primer ministro luxemburgués a quien, como presidente semestral de la UE, le corresponde buscar a partir de mañana un compromiso presupuestario aceptable por todos.
La reunión en el Gran Ducado se saldó con un tajante rechazo de Blair a la propuesta luxemburguesa de congelar el cheque británico a partir de 2007 para evitar que su cuantía se dispare tras la ampliación y que los países del Este financien la compensación.
'No es aceptable', descartó un portavoz de Blair tras el encuentro, justificando el rechazo en el hecho de que la congelación haría que Londres siguiera pagando a la UE un tercio más que París al final del próximo período presupuestario (2013).
El comisario europeo, Peter Mandelson, eterno aliado de Blair, planteaba desde Londres una solución alternativa: excluir a los socios del Este de su contribución al cheque.
La presidencia luxemburguesa prefirió achacar la actitud intransigente de Blair a una táctica negociadora de cara a la opinión pública. 'Lo que importa es lo que se diga en la mesa de negociación a partir del jueves', afirmó el ministro luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn. En su opinión, 'los británicos han comprendido que deben mover su posición'.
Luxemburgo, dada la disparidad de las posiciones, había descartado un acuerdo presupuestario antes del final de su presidencia (30 de junio). Pero la crisis política abierta por la victoria del no a la Constitución en Francia y Holanda animó a Juncker a resucitar la negociación presupuestaria como señal de la capacidad operativa de la UE.
'En esta situación es importante no añadir complicaciones presupuestarias', insistió ayer el Elíseo. Pero Blair rechazó esa tesis y se decantó por prolongar la negociación si con ello se puede alcanzar un acuerdo mejor. El británico pidió que el Consejo Europeo congele el proceso de ratificación constitucional para hacer 'una pausa' que permita 'un gran debate sobre los retos de Europa'.
La falacia de los saldos netos
Jaiques le Cacheux, en un estudio que la fundación Notre Europe publicará próximamente, advierte que, a pesar de las apariencias, 'en un mercado integrado y en una unión económica y monetaria, no es posible el cálculo automático de los saldos presupuestarios'. El estudio cuestiona los 'fundamentos económicos' de los cálculos presentados por los Gobiernos y advierte que tanto en el capítulo de contribuciones como en el de beneficios, están basados en arbitrariedades y disparidades contables. Le Cacheux se pregunta, por ejemplo, por qué Holanda cuenta como contribución propia los aranceles procedentes del puerto de Rotterdam, cuyo enorme tráfico de mercancías no se debe al pequeño país donde se encuentra sino al mercado interior comunitario. Y lo mismo ocurre con la imputación del gasto. '¿A quién benefician los intercambios de estudiantes financiados por la UE, al país de origen o al de destino?'.