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Se entrega el fugitivo más famoso de Corea tras seis años de fuga

El prófugo más famoso de Corea del Sur pone hoy fin a seis años de escapada. Kim Woo Choong, un anciano de 69 años de edad, fundador y presidente del grupo industriar Daewoo hasta su colapso financiero en 1999, tiene previsto aterrizar hoy en el aeropuerto internacional Incheon, en Hanoi, donde se entregará a la justicia surcoreana. Daewoo fue la mayor víctima que se cobró la crisis financiera que arrasó la región de Asia Pacífico en 1997 y que obligó al Gobierno surcoreano a aplicar un plan de rescate valorado en 47.000 millones de euros. Cuando finalmente se intervino la compañía, los auditores descubrieron que Kim había inflado los activos del grupo en 41 billones de wones, equivalentes a unos 32.800 millones de euros al cambio actual. El directivo había logrado que 10 bancos le concediesen un crédito sindicado por 8.000 millones de euros tomando como base estos activos inexistentes.

'Su receta para salir de la crisis', aseguraron ayer a Bloomberg fuentes conocedoras de la compañía, 'fue gastar más y más, y no al contrario. Por supuesto, ésta es una receta perfecta para cocinar un desastre'. Su receta, además, puede proporcionar indigestiones casi una década después: Kim tiene unas 40 causas abiertas en su país de origen que le pueden hacer pasar en la cárcel desde cinco años al resto de su vida. Los denunciantes, en conjunto, le reclaman 600.000 millones de wones, 480 millones de euros.

Kim logró construir durante tres décadas el segundo mayor holding industrial de Corea del Sur, sólo superado por Hyundai. El germen de este imperio lo constituyó un negocio de exportación de material textil. En su momento cumbre, el consorcio llegó a tener 396 líneas de negocio distintas, que van desde las fábricas automovilísticas, navieras, productos electrónicos o servicios financieros. De todas, la joya de la corona era la unidad de automoción, cuyas factorías estaban presentes en al menos 14 países, incluidas China, Polonia o India. General Motors lideró un grupo que se hizo con la división de coches en 2002, por 1.170 millones de dólares. Este año, la compañía cambió el nombre de los utilitarios por el de Chevrolet.

El grupo llegó a deber a sus acreedores 87 billones de wones, unos 69.600 millones de euros

Todo este esplendor finalizó cuando llegó la crisis. Hacia 1999, Daewoo debía a sus acreedores 87 billones de wones, es decir, 69.600 millones de euros, o lo que es lo mismo, el PIB actual de Eslovenia y Lituania juntos. Las deudas sobrepasaban en un 25% el total de activos.

Daewoo comenzó a vender sus activos para cumplir con sus obligaciones. Mientras, sus ejecutivos no dejaron de falsificar los estados financieros de la compañía, para poder seguir obteniendo financiación. Aprovechando el revuelo, ese mismo año, el directivo decidió abandonar Corea. Dos años después, la Interpol emitiría una orden de busca y captura. Demasiado tarde, de Kim no quedaba ni el rastro.

No se volvió a tener noticias suyas hasta hace tres meses. A principios de marzo, diversos medios de comunicación anunciaron que Kim trabajaba como anónimo consultor en la compañía Lohr Industrie, en la Alsacia francesa. Más tarde, testigos aseguraron haberle visto en Vietnam. A principios de junio, el diario International Herald Tribune anunció que los abogados del sexagenario prófugo estaban negociando el eventual regreso de su cliente. Su llegada desvelará el último enigma, los motivos de su retorno.

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