Cerrado del Castillo 2001, un rioja con estilo
En 1999 un grupo empresarial madrileño que entre otras actividades se dedica a la importación de coches de lujo, adquirió las Bodegas Castillo de Cuzcurrita, situadas en un castillo del siglo XIV en la localidad riojana de Cuzcurrita del Río Tirón. En un principio pensaron utilizarlo para actividades sociales de la empresa, pero pronto cambiaron de idea y decidieron hacer vino, aprovechando los viejos viñedos (unas 7,5 hectáreas) plantados en el interior del castillo, y las bodegas de elaboración y crianza.
Para la elaboración contrataron a Ana Martín, una de las enólogas más reconocidas del país (responsable del chacolí Itsasmendi, de los Guitián de Valdeorras, los Casa Gualda manchegos o el Traslanzas en Cigales). La primera añada que vinificaron fue la de 2000 con la marca Señorío de Cuzcurrita, un tinto que se ha venido elaborando todos los años (el próximo en salir al mercado, el 2002, lo hará en septiembre) a partir de viñedos propios y una serie de pagos de viticultores dentro del mismo municipio.
La filosofía siempre ha sido respetar la tipicidad de la variedad tempranillo en una comarca de difícil climatología, vinos de corte moderno, pero con personalidad, que pretenden recuperar el potencial de los viñedos de zona.
Esta premisa se mantiene con su última elaboración, el Cerrado del Castillo 2001, un tinto que sólo producirán en años de cosechas especiales, como es el caso. 100% tempranillo, procede de cepas de más de 30 años seleccionadas de las viñas del castillo y ha pasado por una crianza de 14 meses en roble francés.
El vino presenta una nariz fina y delicada, con notas de buena madera. En boca muestra las peculiaridades de la Rioja Alta, con mayor acidez y menos concentración, aunque destaca su elegancia, armonía y final persistente. Un tinto amable con estilo propio. Se han elaborado sólo 10.000 botellas que se comercializan a unos 26 euros.