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Umberto Angeloni

'Se necesita técnica, talento y pasión para ser un icono'

Dirige una compañía de sastrería tradicional, donde los trajes se cosen a mano puntada a puntada. James Bond, últimamente, viste siempre de Brioni, lo mismo que el canciller alemán Gerhard Schröder o Kofi Annan

Lleva con prestancia un traje y una corbata de colorido difícil de lucir. Umberto Angeloni, nacido en Roma hace 52 años, sabe que es elegante y no lo oculta. Es licenciado en Economía, realizó un máster en Dirección de Empresas en Canadá y ha trabajado en el Instituto Financiero de Chicago y como profesor universitario de microeconomía. Tiene un cierto aire cosmopolita, fruto de la necesidad imperiosa que tiene de viajar. Pasó diez años recorriendo África, lo que alimentó su pasión por la naturaleza, por la aventura y donde fraguó una gran amistad con Nelson Mandela.

A usted parecen gustarles los placeres de la vida. ¿Qué recomendación haría a todos aquellos profesionales que viven obsesionados con el trabajo y no disfrutan del ocio y de las pequeñas cosas?

La vida es corta, además yo estoy acostumbrado a dividir todas las áreas que conforman mi vida, el trabajo, las vacaciones, aunque lo ideal sería disfrutar de todos los momentos, del trabajo, de los ratos de ocio. Por eso, trato de crearme mi propio ambiente también donde trabajo, me rodeo de las cosas que me gustan, el trabajo en un cierto modo lo gestiono yo, decido cómo me relaciono con las personas, cómo viajo. Es cierto que esto no está al alcance de todas las personas, pero hay muchas que sí pueden decidir. En el trabajo también hay que concederse distracciones, mantener la mente abierta, porque hay que intentar no perder la ocasión para aprender nuevas cosas. Hay tantas cosas que descubrir, que hay que intentar no perdérselas.

Presta mucha atención a la vestimenta, ¿cómo ve a los directivos españoles: son clásicos, arriesgan?

Los hombres españoles vienen de una tradición importante de sastres, de trajes hechos a medida, como sucede con los italianos, los ingleses e incluso los japoneses. Hay unos pocos pueblos en el mundo que tienen una fuerte tradición de sastrería masculina y España es uno de ellos. En este país, además, se suma que hay otras tradiciones de artesanía y también de servicio, como por ejemplo los barberos. En todos los casos se trata de tradiciones antiguas que sirven para añadir un gran placer a la vida. Por lo tanto, éste es un mercado ideal para marcas como Brioni, que no sólo es un producto artesanal, sino que promueve un estilo de vida. Por eso esperamos que la apertura de esta primera tienda actúe como una auténtica embajada, para que la clientela sofisticada española nos aporte también nuevas ideas, nuevos puntos de vista y sugerencias, que serán útiles. Después de 60 años de historia, Brioni no ha hecho otra cosa que acumular experiencia. El hombre español, creo que viste muy bien. Tradicionalmente, les ha gustado vestir bien y lo han hecho para los grandes, pero también para los pequeños acontecimientos. Es algo que permanece aquí más que en otros países, que los hombres no sólo se visten para las grandes ocasiones, también para el tiempo libre.

Brioni recupera la tradición de hacer un traje a medida a partir de las medidas del cuerpo. ¿Por qué los profesionales de hoy son tan reacios a este tipo de sastrería?

Porque, antes que nada, exige una cultura, una tradición familiar, y después, porque se necesita invertir mucho tiempo. El traje a medida requiere tres pruebas, lo que implica dos o tres meses de espera. Hoy el hombre moderno cree que no tiene tiempo para estas cosas, y no sabe lo que se pierde. æpermil;se es el gran problema.

¿El cliente exige y valora la exclusividad que ofrece esta alta sastrería?

El gentleman, el dandi, el sibarita, lo exige y lo aprecia. El nuevo rico, como puede suceder ahora con los que están surgiendo de Rusia, antes fueron de Oriente Próximo o México o mañana los de China, no tiene esta cultura. Esto es algo que se puede tener, pero no se puede aprender. Hay muy poca gente que tiene capacidad de convertirse en un icono del estilo. ¿Cómo se enseña esto? Se necesita técnica, talento y pasión para convertirse en un icono. Es una combinación difícil, pero son los mejores clientes, los que vienen solos. Aquí es más importante el boca a boca que la publicidad.

¿Quién es para usted el máximo exponente de la elegancia?

Nuestros clientes. Son las personas que se hacen notar cuando entran en una sala, por su personalidad, que se refleja en el modo en el que visten, en cómo caminan. Te das cuenta simplemente de que atraen. Hay más gente de este tipo de la que se piensa. En una ocasión conocí a una persona que vestía nuestros trajes y al preguntarle por qué lo hacía me contestó que porque se tenía en mucha estima.

¿Cómo se reconoce un traje Brioni de uno que no lo es?

Los que lo llevan saben reconocerse entre sí. Sienta de otra manera, está hecho para ti, según tus medidas y eso se nota. Después están las características propias de la casa. Los ojales son una tarjeta de visita, inconfundibles. Cada ojal exige de nueve minutos de trabajo y es inconfundible. Una chaqueta con 15 ojales, por ejemplo, requiere de dos horas y media de trabajo sólo para eso. Muchas empresas emplean menos de dos horas en hacer todo el traje.

¿Qué opinión tiene del fenómeno Zara?

Es interesante. Ha nacido como un puro negocio de distribución, han inventado una forma de hacer las cosas y han logrado relacionar la moda con los bajos precios. Con todo, me gustaría comentar que Amancio Ortega, aunque cose para el gran público, viste de Brioni. Otro ejemplo de esta dualidad lo demostró el diseñador John Galliano. Cuando la reina de Inglaterra le nombró sir, no se vistió de la marca que él Dior representa, sino que llevó una chaqueta Brioni.

'Vestir a la moda es lo contrario del estilo'

Aconseja, siempre en la medida de lo posible, vestir con prendas hechas a medida. 'Vestir a la moda es lo contrario del estilo'. Son dos conceptos opuestos, el trendy y el gentleman o dandi no se pueden conciliar, son opuestos. 'Aquel que sigue únicamente la moda sólo reproduce la publicidad o lo que llevan los famosos. En definitiva, es una copia'. æpermil;se es, en opinión de Umberto Angeloni, el error más común que se comete a la hora de vestir.Otra regla básica es mantener la misma calidad en las prendas que se viste.'Hay que intentar mantener un estándar, una coherencia. Es cierto que no todo el mundo tiene dinero para vestir con estilo, pero todos podemos mantener esta coherencia en la calidad, que es algo fundamental', señala. También recomienda prestar atención a los detalles, 'algo que mucha gente no hace'.Para intentar sostener el nivel de calidad y el tradicional trabajo artesano, Brioni creó en 1986 una escuela internacional con un plan de estudios de cuatro años a tiempo completo. 'En ese momento, el último sastre que habíamos contratado un año antes, tenía 50 años. Teníamos dificultades para encontrar sastres y entendimos que era la única manera de seguir. Para mantener estos estándares de calidad hay que volcarse en la formación de nuestros propios profesionales', afirma.Los estudios corren por cuenta de Brioni, que se precia de formar a su propia cantera. 'Son jóvenes con una pasión por la sastrería. Trabajan en nuestras tiendas y los más brillantes viajan por todo el mundo. Se convierten en sastres nómadas que trabajan para presidentes, jefes de Estado y personajes importantes. Viajan por todo el mundo tomando medidas, haciendo pruebas'.Todos los diplomados de Brioni tienen trabajo, 'por lo que calibramos el número de estudiantes en base a nuestra necesidad'.

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