El euro como divisa de reserva
Lo que dijo el ministro italiano es una bufonada, pero si se crea un estado de opinión que ofrezca dudas sobre el futuro del euro se puede ver comprometida la posición de esta divisa como moneda de referencia para bancos centrales o para emisiones de deuda internacional'. Pocas personas en el mercado creen verosímil una ruptura de la unión monetaria europea. Pero la simple duda, el simple hecho de que este tema se plantee, ya es negativo.
Como explica un gestor de fondos, 'yo sé que estos planteamientos sobre el abandono del euro no sirven para nada y son de consumo interno, pero si fuese un gestor de reservas en un país lejano y leyese las cosas que se dicen me replantearía ir largo de euros'.
Tampoco es menos cierto que el euro en ningún momento aspiró a pelear con el dólar como el patrón oro del nuevo siglo. Pero, tras las dudas que generó la caída de la moneda en sus primeros años de circulación, se había logrado establecer como la divisa alternativa para los emisores o tenedores de reservas que no querían tener una exposición 100% al dólar. Además la divisa logró superar la posición en el mercado internacional que tenían, juntas, las divisas de la zona.
El único efecto positivo que algunos ven en el rechazo francés al referéndum es, precisamente, la caída del euro. Las empresas exportadoras están aprovechando en la Bolsa el tirón del euro, confiados los inversores en que venderán más gracias a que el no francés ha debilitado el precio de los billetes de colores emitidos por el BCE.
Poco consuelo es ese. En el corto plazo la divisa puede caer. Pero en seis meses, o en un año, lo que determinará la evolución del tipo de cambio serán otros aspectos. Como el grado de desequilibrio de la economía estadounidense, o el culebrón de la revaluación china. O, sobre todo, la propia evolución de la economía europea. Algo en lo que puede tener que ver, y no para bien, el citado rechazo francés a la Constitución.