España espera aplazar hasta 2014 la condición de contribuyente neto
España encara la recta final de la negociación de los presupuestos de la UE con el objetivo de no convertirse antes de 2014 en contribuyente neto. El PP anunció ayer que apoyará al Gobierno si bloquea un acuerdo perjudicial para España.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, trasladará esta posición a sus homólogos europeos en la reunión a puerta cerrada que celebrará el domingo en Luxemburgo. Será la última sesión preparatoria del Consejo Europeo (16 y 17 de junio) en el que se intentará concluir el acuerdo presupuestario para 2007-2013.
España se juega pasar golpe de ser el país más beneficiado de la política comunitaria a militar en el grupo de los llamados contribuyentes netos. Un vuelco sin precedentes en la historia de la UE que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero puede evitar, llegado el caso, esgrimiendo el derecho de veto al acuerdo que intentará alcanzar el próximo Consejo Europeo.
Precisamente ayer, el principal partido de la oposición anunció que apoyará al Gobierno en caso de que decida bloquear un acuerdo contrario a los intereses nacionales. El portavoz de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, consideró que Rodríguez Zapatero tiene que mejorar las propuestas del Consejo Europeo en, al menos, 12.000 millones de euros para el periodo 2007-2013. 'Aquí tiene un arma muy importante ya que las perspectivas financieras se aprueban por unanimidad', declaró Miguel Arias.
Moratinos participará el domingo en la última reunión para preparar el Consejo
En febrero de 2004, la Comisión Europea presentó una propuesta insatisfactoria para España, con la que perdería la práctica totalidad del Fondo de Cohesión y más de 15.000 millones de fondos estructurales de los que hasta ahora se han beneficiado las comunidades autónomas. A lo largo de este año, la negociación entre los Estados miembros ha sido coronada por la presidencia luxemburguesa con una nueva propuesta de compromiso que, en opinión del PP, comporta graves perjuicios para España y claras ventajas para los países que han sido contribuyentes netos.
La propuesta luxemburguesa no sólo reduce el presupuesto comunitario -desde el 1,24% defendido por la Comisión Europea hasta el 1,05%- sino que implica serias desventajas para todas las políticas de interés para España. El Fondo de Cohesión se vería reducido desde los 336.000 millones de euros propuestos por la Comisión Europea y por el Parlamento hasta los 305.000: 31.000 millones menos de los que el PP considera que se pueden mantener, como mínimo, 12.000; los recursos destinados al desarrollo rural pasarían de los 88.000 millones defendidos por la Comisión a 69.000 y las ayudas al sector pesquero se verían reducidas en 3.300 millones, desde los 7.600 expuestos por la Comisión a los 4.300 defendidos por la presidencia luxemburguesa.
A juicio de Arias Cañete y del eurodiputado del PP Gerardo Galeote, el Gobierno español lograría sus objetivos si contribuyentes netos a la Unión como Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Suecia o Austria aceptaran limar la reducción de sus aportaciones al presupuesto.
El Gobierno parece resignado a la inevitable pérdida de fondos en una Unión de 25 miembros (los 10 más recientes, con un renta media que no llega al 30% de la media comunitaria), en la que los principales contribuyentes se niegan a aumentar sus aportaciones.
En 2006, el saldo favorable a España ascenderá, según el Gobierno, a unos 5.400 millones de euros, es decir, 3.600 millones menos que el máximo alcanzado en 2002, cuando España recibió en términos netos 9.000 millones de euros, el 1,2% de su PIB.
El Gobierno acepta que esta evolución se debe al progreso económico relativo, pero exige medidas paliativas para que el saldo con Bruselas siga siendo positivo durante el próximo ejercicio presupuestario plurianual.
La presidencia de Luxemburgo ofrece dos años de prolongación del Fondo de Cohesión (unos 1.200 millones de euros anuales) y la congelación del cheque británico a partir de 2007. España considera el conjunto de la propuesta como 'insuficiente', pero podría mostrarse receptiva a la congelación del cheque británico.
Ambiente de acuerdo en Bruselas
El eurodiputado del PP Gerardo Galoete comentó ayer que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, está comunicando estos días a sus interlocutores que hará lo imposible para que se alcance un acuerdo satisfactorio sobre las perspectivas financieras en el Consejo de mediados de mes. La razón es sencilla. Según Galeote, se intentaría transmitir un mensaje de tranquilidad a los mercados para compensar por el lado económico el fracaso político cosechado por la Constitución europea tras el revés sufrido en Francia y Holanda.El mismo clima favorable al acuerdo que se respira en el Parlamento de Estrasburgo se detecta también en Bruselas. El posible uso del veto como arma política puede servir, paradójicamente, para acercar posturas en una negociación que, en todo caso, se presume difícil.Paradójicamente, en ella no están llamados a participar directamente los ministros de Economía, sino los de Exteriores.