Altadis acaba con la bicefalia y da el poder ejecutivo a Antonio Vázquez
Se acabó ser una empresa atípica. El consejo de administración de Altadis eliminó ayer la formula de la copresidencia bajo la cual se ha gestionado la empresa desde la fusión de Tabacalera y Seita en 1999. El francés Jean Dominique Comollí, dejará sus cargos ejecutivos y Antonio Vázquez centralizará todo el poder de gestión en la empresa. Nominalmente será presidente de la comisión ejecutiva de la compañía y consejero delegado del grupo
Altadis ha decidido acabar con el último reducto de reparto de poder que se mantenía desde que nació en diciembre de 1999 tras la fusión de la española Tabacalera y la francesa Seita. El consejo de administración aprobó ayer eliminar la figura de la copresidencia con la que se ha gestionado la compañía en los últimos cinco años.
Como resultado, Antonio Vázquez asumirá todo el poder ejecutivo de la compañía y Jean Dominique Comollí, hasta ahora copresidente con Vázquez, será presidente no ejecutivo con la única función de coordinar al consejo.
La decisión supone formalmente que Altadis deja de ser una compañía hispano-francesa desde el punto de vista de reparto de poder, ya que desde una dimensión puramente accionarial hace tiempo que dejó de serlo. Por tanto Altadis, según fuentes internas de la empresa, hay que considerarla ya una multinacional tabacalera española.
El consejo aprobó también la creación de dos vicepresidencias del consejo, no ejecutivas. El nombramiento de estos cargos, no decididos ayer, se llevará a la junta general de accionistas que se prevé celebrar el próximo día 29 de junio.
En paralelo el consejo decidió proponer a la junta de accionistas la constitución de una comisión de estrategia, ética y buen gobierno. Esta comisión estará presidida por Comollí y formada, entre otros, por los dos vicepresidentes y por el presidente de la comisión ejecutiva, Antonio Vázquez.
Altadis cierra así una etapa en la que se ha gestionado mediante una estructura dual de gobierno corporativo, con dos presidentes ejecutivos y dos grupos de consejeros seleccionados según su adscripción inicial a los respectivos consejos de las compañías fusionadas. El consejo aseguró ayer que 'se recomienda ahora firmemente, en el mejor interés de la compañía, progresar hacia una estructura de gestión y de gobierno integrada según los modelos internacionales, con el objetivo de afrontar más eficazmente los retos que la compañía tenga'.
Medios de la compañía se planteaban ayer abiertamente cual será ahora la nueva organización funcional de la empresa. Altadis opera nominalmente con dos sedes operativas a las que los ejecutivos han de reportar según el área en la que trabajen. La dirección financiera, la secretaría general, la dirección jurídica y la de comunicación están en París. Además desde allí se coordina la división de cigarrillos. Y 'eso es posible que ahora cambie en el contexto de un adelgazamiento de costes y todo se centralice en Madrid, aunque se siga manteniendo una fuerte representación en Francia atendiendo a que es un mercado importantísimo para Altadis'. Sin embargo, un portavoz oficial de Altadis rechazó que la compañía vaya a afrontar ahora la eliminación de la sede francesa. 'Todo seguirá como hasta ahora, no hay ninguna decisión para que la compañía cambie su estructura', subrayó.
La formalización de la nueva organización se instrumentalizará en la próxima junta. Los accionistas la votarán y, si se aprueba, en un consejo posterior se procederá al nombramiento de los nuevos cargos.
Antonio Vázquez fue nombrado presidente del consejo de administración y copresidente del grupo junto a Comollí el pasado mes de mayo, después de que Pablo Isla dejara la presidencia de Altadis para asumir el cargo de consejero delegado de Inditex. Economista de 53 años, se incorporó a Altadis en 1993 como director de desarrollo de la división internacional antes de asumir la máxima responsabilidad de la unidad de cigarros en 1996.
Un equilibrio de cinco años
Desde que Tabacalera, en 1999, entonces presidida por César Alierta, formalizase su fusión con Seita, ha habido por lo menos un intento de acabar con la estructura dual en la copresidencia. Fue con ocasión de la decidida puja que Altadis organizó para adquirir la tabacalera alemana Reemtsma, cuya subasta finalmente no ganó. Los acuerdos a los que entonces Pablo Isla llegó con Jean Dominique Comollí preveían que, en el caso de que Altadis se hiciese con la alemana, la propia dimensión de esta empresa provocaría un cambio radical en el negocio de la compañía y, por tanto, la copresidencia dejaría de tener sentido.La victoria de Imperial en aquella puja hizo innecesario modificar nada en el organigrama de Altadis. La fusión de Altadis y Seita y su organización corporativa posterior es producto de una ardua negociación entre el equipo que entonces lideraba César Alierta en Tabacalera y el que presidía Comollí en Seita.La operación, que formalmente se planteó como una fusión entre iguales, fue formalmente una absorción de Seita por Tabacalera. Todo era paritario, aunque se otorgó al copresidente español un voto reforzado en el consejo de administración para que fuera éste el que impusiera su criterio en caso de que los votos en el máximo órgano de gestión de la sociedad estuvieran igualados.Nunca, al menos de forma oficial, el copresidente español ha necesitado ejercer este voto reforzado.